7 cosas que no te han contado sobre tu cuerpo después del parto
A las mujeres les encanta hablar sobre todos los cambios que experimentan durante el embarazo, desde tener una piel radiante hasta los pies hinchados. Sin embargo, es menos común hablar sobre los cambios físicos que ocurren después de dar a luz. Puede que te avergüence o preocupe que parezca que te estás quejando, pero en realidad, deberías hablar al respecto. Acabas de hacer algo maravilloso, y es completamente natural que tu cuerpo esté atravesando por varios cambios. Conocer los cambios que te ocurrirán durante las primeras semanas es clave para tener una recuperación saludable. Por ello, te ofrecemos información sobre varios aspectos que pueden no haberte contado y un par de consejos de cómo enfrentarlos.
1. Parecerá que sigues embarazada
Tu cuerpo ha tardado 9 meses en adaptarse al bebé, por consiguiente, es probable que te tome algunos meses volver a tener todo en la forma que estaba antes del embarazo. Pero no te preocupes, tu útero, que puede estirarse 200 veces su tamaño normal durante el embarazo, se contraerá y volverá a su tamaño original. Asimismo, puedes comenzar a hacer ejercicios moderados como caminar o ejercicios abdominales modificados para recuperar tu abdomen después del embarazo. Ten cuidado de no sobrepasarte, un poco de movimiento es beneficioso, pero si te pasas podrás retrasar tu recuperación.
2. Seguirás sangrando por un tiempo
Después del nacimiento del bebé, tu cuerpo tiene aún mucho que expulsar. Será similar a un periodo largo, de flujo extremadamente abundante; es el modo que tiene tu cuerpo de expulsar el revestimiento uterino y el exceso de fluido acumulado para brindar soporte al bebé. Tiene una duración de 2 a 6 semanas y el color puede variar de rosa a marrón, pasando por un amarillo claro. Adquirir compresas es una buena inversión, pero prueba diferentes tipos hasta que encuentres la que te resulte más cómoda, luego adquiere la cantidad que necesites.
3. Tu zona íntima se encontrará muy sensible
Si has dado a luz vaginalmente, lo más probable es que te tome cierto tiempo bajar la inflamación y los hematomas. Durante el parto tus músculos, ligamentos y piel se estiran MUCHO. Algunas mujeres experimentan desgarros vaginales o el médico puede haberte realizado una episiotomía (un corte en la zona entre el ano y la vulva) para facilitar el parto y evitar desgarramientos más graves. Puedes tomar baños de asiento para aliviar y limpiar la zona, o utilizar un cojín circular inflable para evitar ejercer presión en la zona cuando estés sentada. No obstante, también debes comenzar a realizar ejercicios de Kegel –la contracción consciente de los músculos de tu suelo pélvico– unos días después del parto. Aumentan el riego sanguíneo, lo que ayuda a acelerar la recuperación y a que el tejido se mantenga flexible durante la recuperación.
4. Podrías tener pérdidas de orina
No importa qué tipo de parto hayas tenido (cesárea o vaginal), el exceso de peso ha ejercido mucha presión sobre los músculos de tu suelo pélvico, que brindan soporte a tus órganos pélvicos y ayudan a controlar la vejiga. Los ejercicios de Kegel son clave para prevenir y combatir esas pérdidas de orina. Durante las primeras 6 semanas deberías hacer los ejercicios de Kegel por tu cuenta, pero después de que te encuentres totalmente recuperada (tu médico te indicará cuándo), puedes utilizar un ejercitador de Kegel inteligente, que personaliza tus rutinas y te ayuda a tener una recuperación más rápida de tu suelo pélvico.
5. Podrías sentir dolor al orinar
Debido al desplazamiento y estiramiento de tus órganos durante el parto, las primeras veces que orines, podrás experimentar dolor, y el dolor puede ser aún más fuerte al intentar evacuar. El mejor consejo: ¡no utilices papel o toallitas! Utiliza una botella con atomizador (llamada botella perineal) con agua y sales de Epsom para lavar cuidadosamente tus zonas íntimas.
6. Podrías sufrir de estreñimiento
El cambio hormonal después del embarazo puede provocar que sigas sufriendo de estreñimiento durante un tiempo después de haber dado a luz. No olvides que ya ha pasado el momento de empujar, así que no te esfuerces al ir baño, ya que puedes hacerte más daño. Tu médico o matrona te recetará ablandadores de heces, tómalos y si necesitas unos cuantos más: ¡pídele a tu pareja que vaya a comprarlos! También deberías tener una alimentación rica en fibra, para que te ayude a evacuar.
7. Cambios en el pelo y la piel
¿Recuerdas esa piel radiante y pelo voluminoso que mencionamos con anterioridad? Se debían a los altos niveles de estrógeno, pero después del embarazo, y en especial mientras estás amamantando, los niveles de estrógeno bajan; lo que ocasiona que el pelo te crezca menos y que los tejidos se sequen (no sólo en tu rostro, la sequedad vaginal es una queja común entre las nuevas madres). Una vez que tus hormonas se hayan estabilizado, todo volverá a la normalidad. Mientras tanto, adquiere un hidratante para la piel y un hidratante íntimo con pH equilibrado para tu zona íntima. No te preocupes, es algo completamente normal.
En un principio, esta lista puede resultar un poco abrumadora, pero recuerda que no todas las mujeres experimentan cada uno de estos cambios y la mayoría no duran para siempre. Tu cuerpo está diseñado para ello y se recuperará con el tiempo (además puedes pedirle a tu pareja que te mime un poco) y no olvides cuidar de tus necesidades y salud, aunque sea difícil con un recién nacido en casa. Tómate tiempo para ti, disfruta con tus amigas y otras madres, ellas han pasado por lo mismo y con seguridad tendrán muchos consejos que ofrecerte.
Por favor ten en cuenta que los consejos ofrecidos por Intimina pueden no ser apropiados para tu caso en particular. Consulta siempre con tu médico si tienes preocupaciones específicas relacionadas con tu salud.