Dieta vegetal: ¿es segura durante el embarazo?
«¡Qué buena noticia!», «Oye, no olvides tomar muchas grasas y proteínas animales». He perdido la cuenta de las veces que me lo han dicho en los últimos 7 meses. Siempre con la mejor intención, pero este último comentario me fastidia cada vez que lo escucho.
Es muy emocionante contarle a alguien que estás embarazada y ver cómo se le ilumina la cara. Es un momento muy especial para todos, no solo para mí. Y es muy bonito verlo reflejado en los demás: hasta la chica que me hace la manicura está ilusionada con mi embarazo (de verdad, ilusionadísima). Dicho esto, también es muy habitual que, tras la felicitación, empiece el bombardeo de consejos para ti y tu bebé. Y eso a veces está bien… y otras, no tanto.
Por supuesto que es muy bonito recibir todo el cariño y el apoyo de los tuyos, pero… ¿quieres un consejo? Recuerda que el embarazo y la crianza pueden abordarse desde muchos ángulos distintos.
Siempre se ha hecho así
Es verdad que algunas cosas se han hecho de la misma forma durante mucho tiempo. Y muchas primerizas se sienten inseguras y no quieren cambiarlas, porque les parece que eso supone tomar un riesgo. Preferimos confiar en los consejos de quienes ya han tenido hijos en lugar de investigar por nuestra cuenta o confiar en nuestro instinto.
La gran mayoría de las cosas que nos han dicho que hagamos o no hagamos tienen que ver con la dieta. Para mí está claro que todas las personas que me aconsejan comer grasa y proteína de origen animal para mi bebé se aferran a la idea de que es la única forma de conseguir esos nutrientes. Y hoy quiero contaros que esto no es así.
Una forma alternativa de comer
Como afirma Kathrine D. McManus, la directora del Departamento de Nutrición del Hospital de Mujeres de Brigham: «Las pautas de alimentación vegetales se centran en alimentos de origen vegetal, lo cual no solo incluye frutas y verduras, sino también nueces, semillas, aceites, granos integrales, legumbres y judías. No significa que tengas que ser vegetariano o vegano que nunca comas carne o lácteos. Simplemente eliges consumir más alimentos de origen vegetal».
Me gusta mucho la definición de comer a base de productos vegetales porque explica muy bien en qué consiste la dieta vegetal. No significa ser vegana o vegetariana. Significa basar gran parte de la dieta en productos de origen vegetal y alimentos no procesados. Es decir, que puedes tomar lácteos de vez en cuando o pescado si te apetece.
En este tipo de dieta no hay restricciones ni listas de alimentos permitidos o prohibidos. La idea es estar sana comiendo lo que te apetezca, que no tiene por qué ser lo que todo el mundo te ha dicho que comas.
¿Es segura la dieta vegetal?
Llevo 7 meses embarazada y no he probado ni un bocado de pollo, huevo, ternera o cerdo. Y os aseguro que dentro de mí está creciendo una niña perfectamente sana.
Los nutrientes que normalmente proceden de alimentos de origen animal los he obtenido fácilmente de frutas, verduras, nueces, semillas, legumbres… todos ellos alimentos sin procesar.
A esta forma de comer la he llamado «consumo consciente», porque soy plenamente consciente de lo que me ocurre en el cuerpo y sé qué alimentos tengo que incluir día a día para asegurarme de que todas las necesidades quedan cubiertas.
La idea de que una dieta basada en vegetales puede no ser sana me parece ridícula.
De pequeños siempre nos dicen que comamos frutas y verduras, ¿por qué de adultos no tendríamos que seguir diciéndolo? ¿Qué es eso de que los alimentos vegetales no son adecuados, si son los que más nutrientes tienen?
Pero… ¿y las proteínas?
La principal preocupación cuando alguien se plantea empezar a seguir esta dieta son las proteínas. Sin duda va a haber muchas personas que te digan que perjudicarás a tu bebé y le privarás de proteínas que necesita y que solo se pueden conseguir a través de la carne. Pero eso es mentira.
Es verdad que tu bebé necesitará cada vez más nutrientes que según vaya creciendo. Pero lo único que tienes que hacer es aumentar la cantidad que comes, nada más. Eso sí, tienes que incorporar proteínas en cada comida.
Hay muchísimas de fuentes de proteínas de origen vegetal, como el tofu, la soja, las lentejas, los garbanzos, la quinoa, el seitán y un largo etcétera. Si alguna vez te preocupa que puedas tener carencias de alguna proteína, es tan fácil como hacerte un análisis de sangre y ver cuál es la proteína cuyo consumo tienes que aumentar. El déficit de hierro es habitual en el embarazo, especialmente entre las mujeres que no comen carne. Una forma de prevenirlo o combatirlo es comer a menudo alimentos ricos en hierro, como las legumbres o las nueces.
También hay que tener en cuenta que consumir calcio y proteína procedente del huevo inhibe la absorción del hierro. Es decir, si comes lácteos y/o huevo a diario intenta no hacerlo los días que vayas a consumir alimentos ricos en hierro.
En cambio, la vitamina C ayuda a la absorción del hierro. Es recomendable, por tanto, combinar los alimentos ricos en hierro con alimentos ricos en vitamina C.
Confía en tu instinto
Si soy sincera, tengo que decir que yo tomo pescado ocasionalmente, y queso casi a diario. Pero eso es porque así lo he decidido (y porque cómo no voy a comer queso), no porque me sienta obligada.
De eso se trata. No estoy aquí para decirte qué tienes que comer y qué tienes que evitar; de hecho, nadie debería decírtelo. Está bien que las personas que te quieren te aconsejen, pero la decisión tiene que ser tuya. Escuchar lo que te pide el cuerpo es la base de todas las dietas.
Somos un colectivo de mujeres expertas en Intimina que amamos compartir nuestras experiencias, aunque a veces sean demasiado personales. Estamos seguras de que es tiempo de derribar los tabúes que existen alrededor de la menstruación, la maternidad y la menopausia para ser dueñas de nuestra propia salud femenina.