¿Qué ocurre durante el orgasmo femenino?
Los orgasmos son uno de nuestros aspectos favoritos de ser mujer, aunque la mayoría de nosotras desearíamos que ocurrieran más a menudo. Sólo alrededor del 10% de las mujeres logran alcanzar el orgasmo durante la penetración y al menos una cuarta parte de las mujeres tienen dificultades para alcanzarlo. Pero, ¿cuánto sabes sobre lo que pasa en tu cuerpo cuando consigues ese placer? Cada mujer experimenta los orgasmos de un modo diferente y cada orgasmo se siente diferente, por ello entender lo que realmente ocurre en tu cuerpo durante la excitación y el orgasmo puede ayudarte a alcanzarlos más a menudo. Te presentamos una pequeña guía de lo que sucede en tu cuerpo cuando intentas lograr conseguirlo.
La excitación
La anatomía del orgasmo comienza en los preliminares: la mayoría de las mujeres afirman que los orgasmos son una experiencia que ocurre en todo el cuerpo y, por lo general, implica más de una zona erógena (aunque la mayoría de las veces, la estimulación del clítoris es clave). A la mayoría de las mujeres les toma una media de 20 minutos alcanzar el orgasmo. En el proceso, tu cuerpo atraviesa por varios cambios que incrementan la sensibilidad y la excitación, preparando tu cuerpo para el orgasmo. Algunos de estos cambios son visibles, pero otros son internos y sólo pueden sentirse.
Esa cálida sensación de hormigueo que empiezas a sentir cuando te excitas, se debe al incremento del ritmo cardíaco y la presión arterial, además de que la mayoría de la sangre (¡aunque no toda!) se concentra en tus genitales. El clítoris, con más de 8.000 terminaciones nerviosas, se dilata y ensancha. Según te aproximas al orgasmo, el clítoris se retrae dentro del capuchón del clítoris (la piel que protege tu clítoris). Los labios menores también se dilatan y los mayores se separan, lo que a menudo va acompañado de un oscurecimiento del color de la piel a medida que la sangre se concentra en el tejido.
La vagina empieza a segregar fluidos para lubricarse y así disfrutar de unas relaciones sexuales más confortables: mientras más excitada estés, te “mojarás” más. Aunque algunas veces no es suficiente, es algo totalmente normal. Le ocurre a muchas mujeres por diferentes motivos. Sólo asegúrate de tener a mano un hidratante femenino que te ayude a lubricarte. Además de la lubricación, la parte inferior de la vagina se vuelve más estrecha y la parte superior se expande, mientras el cuello del útero se mueve levemente hacia arriba para así dar más espacio al pene de tu pareja.
A pesar de que el 90% de las mujeres no pueden llegar al orgasmo solas, existen formas de aumentar la excitación para hacerte llegar al límite. Prueba con un lento y sensual masaje por todo el cuerpo mientras te desvistes. O bien, prueba con un masajeador para parejas diseñado para ser llevado por la mujer durante las relaciones íntimas, masajeando a la vez el clítoris y el punto G durante la penetración.
Es un accesorio perfecto que brinda simultáneamente placeres internos y externos a ambos miembros de la pareja, dejando vuestras manos libres para seguir explorando. También puedes probar las dos opciones, una después de la otra. Puede llevar un poco de tiempo descubrir lo que te gusta, así que diviértete explorando.
Durante los preliminares, sentirás cómo una tensión y hormigueo se expande a lo largo de tu cuerpo: desde el rostro a las manos y pies. La liberación de esa tensión es lo que hace al orgasmo una sensación tan maravillosa. Sentirás pequeños espasmos en la pelvis al igual que en el resto de tu cuerpo: lo que se conoce como miotonía y se piensa que es debido a la contracción de los músculos pélvicos, además de que otros órganos tiran de músculos diferentes y hacen que éstos también se muevan. Dichos espasmos son aún más frecuentes durante el orgasmo.
El orgasmo
Cuando finalmente llega el momento del clímax, empiezan los espasmos musculares, en especial en la pelvis. Esto se debe a que las paredes del útero, vagina, ano y suelo pélvico se ponen en contacto, generando olas de placer a lo largo de tu abdomen y resto del cuerpo. Curiosamente, los científicos han encontrado una relación entre la intensidad de los orgasmos y la salud de los músculos del suelo pélvico. En la medida que tengas los músculos del suelo pélvico más tonificados, mejor será la contracción durante el orgasmo y aumentará el placer que experimentes. Una razón más para adquirir un buen ejercitador del suelo pélvico y empezar a realizar los ejercicios de Kegel.
Según la intensidad de tu orgasmo, éste puede durar desde unos segundos hasta un minuto. El número de contracciones también varía, pero el rango normal es de 1 a 12 contracciones con una duración de un segundo cada una. No obstante, no pienses que el sexo y el orgasmo son sólo una experiencia corporal: tu cerebro también entra en acción, libera químicos como la oxitocina (también conocida como la hormona del amor, que ayuda a crear intimidad) y la dopamina (un analgésico natural).
Recuerda que cada orgasmo es diferente y cada mujer lo experimenta de un modo diferente. No obstante, tener un mejor entendimiento de cómo reacciona tu cuerpo (y mente) a la estimulación sexual te ayudará a tener un mayor conocimiento de cómo alcanzarlo. Tómate un tiempo a solas o con tu pareja para descubrir qué te gusta y encontrar tu propio ritmo: ¡sabemos que el camino para alcanzarlo es parte de la diversión!
Por favor ten en cuenta que los consejos ofrecidos por Intimina pueden no ser apropiados para tu caso en particular. Consulta siempre con tu médico si tienes preocupaciones específicas relacionadas con tu salud.