Consejos para aliviar los sofocos durante la menopausia
Los sofocos son uno de los síntomas más evidentes e incómodos de la menopausia, caracterizado por una sensación repentina de calor intenso, que a menudo viene acompañado de sudoración y enrojecimiento de la cara.
Este efecto secundario de la menopausia tan molesto afecta al 80% de las mujeres, y en ocasiones pueden desencadenar otros síntomas como dolor de cabeza, náuseas e incluso mareos. Peor aún, pueden atacar en cualquier momento y resultar bastante perturbador en la vida de una mujer.
Los sofocos: ¿qué son y cuándo se dan?
La menopausia es un proceso natural y gradual, precedida por la perimenopausia, en la que la los ovarios de la mujer dejan de producir óvulos. Esta etapa se considera alcanzada una vez la mujer no ha menstruado durante doce meses. Si bien la edad promedio en la que las mujeres comienza a tener síntomas de menopausia ronda los 51 años, también pueden aparecer entre los 30 hasta los 60 años.
Los sofocos son un síntoma común de esta transición perimenopáusica, y aunque no está claro por qué ocurren, se cree que la caída de los niveles de los estrógeno afecta a la termorregulación o capacidad del cuerpo para regular la temperatura. Durante los sofocos,el cerebro detecta un sobrecalentamiento del cuerpo, independientemente de la temperatura actual, y para enfriarse, los vasos sanguíneos cercanos a la piel en la cabeza, la cara, el cuello y el tórax se dilatan a menudo acompañados de sudoración. A esta sensación repentina de calor intenso, combinada con el enrojecimiento de la piel se llama un sofoco.
Aunque son incómodos, los sofocos son completamente normales y (generalmente) un síntoma inevitable del inicio de la menopausia. Si bien hay tratamientos médicos como la terapia de reemplazo hormonal (TRH) que aumentan los niveles de estrógeno y progestina en el cuerpo, existen algunas alternativas naturales que pueden ayudar a controlar la frecuencia y la gravedad de los mismos.
Refréscate
Una estrategia obvia para controlar los sofocos es mantenerse fresca. Ajusta el termostato o usa ventiladores para mantener baja la temperatura, sobre todo en el dormitorio para evitar los desagradables sudores nocturnos. Durante el día, elige ropa suelta y en capas que se puedan quitar fácilmente si tienes un sofoco. Lo ideal es optar por materiales naturales y transpirables como el lino o el bambú, pero también puedes elegir materiales sintéticos diseñados específicamente para mantenerte fresca.
Conoce tus desencadenantes
A veces para ayudarte a controlar esos incómodos arrebatos de calor basta con conocer y evitar los desencadenantes ambientales o dietéticos que los causan. Aunque varían de mujer a mujer, los culpables más comunes suelen ser el estrés, el tabaco y, como era de esperar, el calor. La cafeína también puede ser problemática por dos razones: no solo es un estimulante que afecta el sistema nervioso central, sino que tomar una bebida caliente como un café o té, pueden desencadenar un sofoco. Por la misma razón, los alimentos picantes deben tomarse con precaución.
¡Muévete!
El ejercicio es un gran hábito a cualquier edad, pero puede ser particularmente beneficioso en el etapa previa a la menopausia. Las endorfinas liberadas durante el ejercicio ayudan a reducir los niveles de estrés, uno de los desencadenantes principales de los sofocos. Otro beneficio añadido es que puede ayudarte a mantener un peso corporal saludable cuando se combina con una dieta equilibrada, ya que un alto índice de masa corporal (IMC) se ha relacionado con una mayor frecuencia de episodios de sofocos. ¿No eres de las que le gusta el ejercicio? Practica la respiración abdominal profunda, también puede ayudar con la relajación, y superarás los desencadenantes comunes del estrés y la ansiedad.
Acupuntura
Un estudio de 2011 en Turquía observó una reducción significativa de los sofocos en un grupo de prueba de 53 mujeres posmenopáusicas después de un programa de acupuntura de diez semanas. Esta terapia tradicional china, que solo debe ser realizada por acupunturistas con licencia, consiste en la inserción de agujas en puntos de presión específicos en el cuerpo se muestra efectiva en muchos casos. Los médicos creen que la energía de los riñones, o jing, puede ayudar a contrarrestar el calor del corazón y el hígado, atacando estos órganos clave insertando agujas en los pies, las piernas y los brazos. Habla con tu médico si te interesa utilizar la acupuntura para ayudar a controlar tus síntomas.
Alternativas basadas en plantas
Si bien la eficacia de los remedios a base de hierbas para lidiar con los sofocos es un tema altamente discutido, son apoyados por muchas mujeres. Uno de los tratamientos alternativos más populares que existe es el cohosh negro, cuyas raíces se secan antes de triturarlas, aunque tembién están disponibles en forma de tableta. Otro suplemento a considerar es el trébol rojo. Éste es rico en isoflavonas, una sustancia parecida al estrógeno que puede imitar los efectos de esta hormona. Finalmente, el ñame silvestre contiene un compuesto llamado diosgenina que también se piensa que es similar al estrógeno. Éstos remedios herbales, junto con otros tratamientos alternativos, podrían funcionar para ti, solo asegúrate de consultar primero con un médico.
Perturbadores, incómodos y para muchas, inevitables, los sofocos son un efecto secundario desagradable de la menopausia. Para la mayoría de las mujeres que las experimentan, los episodios ocurren por un año al menos, y aunque todavía no se les comprende por completo, hay una gran cantidad de alternativas naturales que podrían ayudar a combatirlos.
Por favor ten en cuenta que los consejos ofrecidos por Intimina pueden no ser apropiados para tu caso en particular. Consulta siempre con tu médico si tienes preocupaciones específicas relacionadas con tu salud.