Beneficios de los vibradores

Salud sexual | | Brenda B. Lennox

Aunque el estigma de que las mujeres utilicen vibradores para obtener placer sexual ha comenzado a desaparecer, los «juguetes sexuales» siguen siendo un tabú, por lo que sus beneficios para la salud ginecológica (y no solo sexual) son ocultados o minimizados por algunos sectores médicos y la sociedad en general, a pesar de que numerosos profesionales los emplean para tratar disfunciones como la hipertonía pélvica, el vaginismo, la atrofia vaginal, la incontinencia urinaria y las secuelas de operaciones quirúrgicas, entre un largo etcétera.

Consicentes de esta realidad y de que los especialistas en Medicina Pélvica Femenina y Cirugía Reconstructiva (FPMRS) son «los más indicados para recomendar vibradores a las mujeres como una intervención de mantenimiento de la salud», un equipo de investigadores dirigido por Alexandra Dubinskaya, uróloga ginecológica especializada en salud sexual y menopausia, revisaron la literatura científica sobre los beneficios específicos del uso de vibradores para la salud de las mujeres. 

Tras clasificarlos en cuatro temas (función sexual, músculos del suelo pélvico, incontinencia y vulvodinia) y analizarlos en profundidad, llegaron a la conclusión de que los vibradores no solo mejoran la experiencia sexual de la mujer y aumentan la libido, la satisfacción y la función sexual en general, también mejoran la fuerza de los músculos del suelo pélvico, reducen la incontinencia y son un tratamiento beneficioso para la vulvodinia, por lo que recomendaron que los especialistas los incluyan como herramienta para el tratamiento de trastornos del suelo pélvico y otras afecciones relacionadas.

¿Qué trastornos y disfunciones pueden ser tratados con este tipo de dispositivos? ¿Cuáles son los más adecuados para cada tratamiento? ¿En qué benefician a las mujeres que han pasado la menopausia? ¿Cómo deben usarse para que sean realmente efectivos? Pasemos a verlo.

Suelo pélvico

Los vibradores son una herramienta muy eficaz para el tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico: excesivo tono muscular (hipertonía) y debilidad (hipotonía) o rigidez, así como para reducir y eliminar sus síntomas (dispareunia, incontinencia urinaria, vaginismo…) y también para tratar las secuelas de intervenciones quirúrgicas (episiotomía, histerectomía…). 

Aunque es el especialista (por lo general, un fisioterapeuta) quien debe analizar el estado del suelo pélvico y prescribir el tratamiento para cada caso concreto, los vibradores más efectivos para cada trastorno son los siguientes: 

Hipertonía

La hipertonía pélvica es un trastorno caracterizado por un exceso de tono y tensión muscular del suelo pélvico (que puede incluir el core o faja abdominal), causado por factores físiológicos (cambios hormonales, menopausia, lesiones, cirugías, deporte, higiene postural deficiente, realizar ejercicios Kegel de manera incorrecta), psicológicos (estrés, ansiedad, experiencias traumáticas) o una combinación de ambos. Este exceso de tono y rigidez afectan a diversas funciones como la micción (dificultad para orinar, discontinuidad, aumento de la frecuencia, infecciones urinarias…), la defecación (estreñimiento, dificultad para defecar) y pueden causar dolor (en el coxis, en la pelvis y en los genitales) y causar disfunciones sexuales (vaginismo, dispareunia,vulvodinia).

Para tratar la rigidez del suelo pélvico, los especialistas recomiendan los dilatadores vaginales específicos para este trastorno, unos dispositivos con forma de tubo largo con extremos cónicos que estiran gradualmente los tejidos de la vagina. También son útiles los vibradores de pequeño tamaño, las balas vibratorias o huevos vibratorios y los estimuladores de clítoris, porque relajan la musculatura, flexibilizan los tejidos rígidos y mejoran la vascularización y sensibilidad de la zona pélvica. 

La clave es comenzar con una vibración suave, sin forzar, evitando el dolor, e ir aumentando la intensidad de la vibración progresivamente, a medida que los tejidos ganan flexibilidad.

Hipotonía

La hipotonía es la debilidad del tono del suelo pélvico, causada por factores como el embarazo y el parto, la obesidad, la menopausia o cirugías ginecológicas.

Esta debilidad puede causar disfunciones como el prolapso o caída de órganos internos (útero, cúpula vaginal, vejiga, uretra, intestino delgado y recto), incontinencia urinaria o fecal y menor sensibilidad durante las relaciones sexuales.

Si el objetivo es aumentar el tono de los músculos más profundos del suelo pélvico, los especialistas recomiendan los vibradores largos, con distintas intensidades y frecuencias, para que se desarrolle gradualmente el tono muscular. Este tipo de vibradores también son muy eficaces para reafirmar los labios vulvares y la entrada de la vagina (aunque en este caso, hay que pasarlos por toda la parte externa). 

Si lo que necesitas es reafirmar los tejidos de la vulva, también son eficaces los masajeadores específicos para la vulva y los minimasajeadores personales, cuyo diseño imita las curvas del cuerpo femenino, por lo que es perfecto para la estimulación externa. 

Fortalecer el suelo pélvico

Los ejercicios de Kegel son el tratamiento más eficaz para tonificar y fortalecer el suelo pélvico debilitado, así como para prevenir la hipotonía, siempre y cuando se realicen de la manera correcta y no estén contraindicados. Las herramientas más recomendables para realizarlos son los ejercitadores del suelo pélvico basados en la biorretroalimentación y las bolas chinas.

Los ejercitadores basados en biorretroalimentación, como Kegel-Smart, reconocerán el nivel de fuerza de la musculatura de tu suelo pélvico y te guiarán en una rutina de ejercicios con el ritmo y la duración adecuados a tu nivel, por lo que son muy recomendables para las mujeres que se inician en los ejercicios de Kegel; en cuanto a las bolas chinas o pesas vaginales, las más adecuadas son las que tengan la tecnología de Laselle, ya que su diseño (una pequeña bola de silicona de grado médico con un pequeño núcleo interno que vibra con el movimiento) es específico para fortalecer el suelo pélvico.

vibradores para menopausia

Episiotomía 

La episiotomía es una incisión que se practica en el perineo para ensanchar la abertura de la vagina durante el parto y facilitar la salida del bebé.

Aunque se considera una cirugía menor, puede tener secuelas como queloides en la cicatriz (crecimiento excesivo del tejido, que causa picores, irritación y dolor), adherencias y granulomas en esta (que pueden provocar dolor y pérdida de elasticidad y movilidad), asimetría muscular del perineo, dolores (menstruales, irradiados y dispareunia), incontinencia (urinaria y fecal) e incluso la caída o prolapso de órganos pélvicos.

Para que la episiotomía cicatrice correctamente, es imprescindible seguir los consejos del médico, (que incluyen cuidados específicos como lavar la incisión y los puntos asegurándose de que se secan bien para que no quede humedad), protegerla (usando compresas tocológicas de algodón, bragas desechables posparto o bragas de algodón), sentarse de la manera correcta y no hacer esfuerzos. 

Cuando la incisión cicatrice y se hayan caído los puntos, es muy importante que la piel se regenere. Para acelerar el proceso y evitar la aparición de queloides, se recomienda que nos demos suaves masajes sobre la cicatriz, con aloe vera, cremas ricas en vitamina E y aceite de mosqueta o de almendras.

También son muy efectivos los tratamientos específicos en manos de fisioterapeutas y profesionales especializados, que no solo contribuirán al proceso de recuperación, también evitarán o eliminarán queloides, granulomas, adherencias internas y dolores asociados.

Si la episiotomía es antigua y ha dejado cicatrices y queloides como secuelas, además de fisioterapia específica, resultan muy útiles los vibradores delgados y ergonómicos, que deberán aplicarse sobre la cicatriz de forma mantenida.

Al principio, se debe utilizar el modo vibración suave, sin forzar, parando si se sienten molestias o dolor; y con el tiempo, ir aumentando gradualmente la vibración, durante un tiempo que no debería superar los 10-15 minutos.

Vaginitis hormonal o atrófica

Durante la perimenopausia y tras la menopausia, el descenso drástico de los niveles de estrógenos puede causar vaginitis hormonal o atrófica, un trastorno que consiste en el adelgazamiento del tejido vaginal, la inflamación de las paredes vaginales y poca lubricación, que provocan ardor o dolor al orinar, penetración incómoda o dolorosa (de cualquier tipo, es decir, tanto el pene, como juguetes sexuales, ejercitadores del suelo pélvico, tampones, copas menstruales, etc.) y sangrado leve tras las relaciones sexuales con penetración.

A esto se suma el envejecimiento de los tejidos y la disminución de flujo sanguíneo a la zona pélvica, que pueden causar el estrechamiento o acortamiento de la vagina, sequedad vaginal y pérdida de sensibilidad (tanto en la vagina como en el clítoris).

Según Mary Jane Minkin, profesora clínica en el Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias Reproductivas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, los vibradores son muy beneficiosos para las mujeres que sufren esos problemas, porque estimulan y flexibilizan los tejidos vaginales, aumentan el flujo sanguíneo vaginal y favorecen la lubricación.

Por otro lado, la penetración y el orgasmo previenen la atrofia vaginal tanto en la menopausia como tras una histerectomía (extirpación del útero) debido al masaje estimulante del pene (o un juguete sexual o los dedos) en el suelo pélvico. Como vimos en este artículo sobre los beneficios de la masturbación para el suelo pélvico, la excitación y el orgasmo aumentan la irrigación sanguínea, tonificando los músculos y tejidos; las contracciones involuntarias y rítmicas de los músculos del suelo pélvico, la vagina, el útero y el esfínter anal, que se experimentan durante el clímax, los ejercitan, contribuyendo a la disminución de la abertura vaginal (dilatada por causas como un parto traumático); y las contracciones orgásmicas fortalecen la musculatura involuntaria del suelo pélvico, que supone el 80% de sus tejidos y que no pueden trabajarse con masaje perineal ni con ejercicios de Kegel. 

Vulvodinia

La vulvodinia o dolor vulvar es una molestia crónica caracterizada por un dolor o ardor intenso en la totalidad de la vulva o en una parte de ella que dura más de tres meses y convierte actividades cotidianas como caminar, sentarse, orinar, introducirse un tampón o una copa menstrual en algo insufrible, y las relaciones sexuales, dolorosas. 

La causa principal de la vulvodinia sigue siendo desconocida, aunque la teoría mayoritaria defiende que su origen parece multifactorial (factores genéticos, ambientales, hormonales, inflamatorios, infecciosos…); al desconocerse su origen, no hay cura, sino tratamientos orientados a aliviar sus síntomas, que pueden incluir cremas tópicas, medicamentos, terapias psicológicas, fisioterapia y tratamientos de biorretroalimentación (para tratar a las mujeres que también sufren hipertonía) y dispositivos personales, en concreto, masajeadores específicos para la vulva, minimasajeadores personales (como Kiri), dilatadores vaginales y succionadores de clítoris. 

Disfrute de la sexualidad

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el edadismo como un conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones basados en creencias, normas sociales y valores, que se aplican a las personas simplemente por su edad, afectando negativamente a todos los ámbitos vitales, incluyendo la salud. Uno de los prejuicios del edadismo que más afectan a las mujeres es que el disfrute de su sexualidad debería terminar con la llegada de la menopausia. Durante siglos, se nos ha educado con la idea de que el único objetivo de las relaciones sexuales es la procreación, por lo que tener sexo por placer es amoral, sucio, pecaminoso. Esta idea censora no solo influye en nuestra libido a nivel psicológico, también puede dar lugar a disfunciones fisiológicas como el vaginismo y la anorgasmia:

  • El vaginismo es un trastorno que consiste en sentir dolor vaginal con cualquier tipo de penetración, ya sea sexual (pene, dedos, juguetes sexuales), ya sea ginecológica (exploraciones médicas, uso de tampones, copas menstruales o ejercitadores del suelo pélvico), debido a que los músculos del tercio inferior de la vagina se contraen involuntariamente. Aunque hay factores físicos que pueden contribuir a su aparición (episiotomía, hipertonía pélvica, infecciones, cirugía), según los estudios realizados por Ward y Ogden en 1994, las cuatro causas principales son el miedo al dolor durante la relación sexual, una educación estricta y religiosa en donde el sexo fue mostrado como algo malo o no se discutía, experiencias traumáticas y el estrés previo a la relación sexual o penetración; a los que se suman los problemas en la relación afectiva (como una pareja abusiva o sentimientos de vulnerabilidad), baja autoestima, complejos, vergüenza, un nivel alto de exigencia y miedos (al embarazo, a las Infecciones de Transmisión Sexual, al daño emocional, al rechazo, al abandono, a perder el control, a no dar la talla, a ser juzgadas por nuestra vida sexual, etc.), 
  • La anorgasmia es una disfunción femenina que consiste en la dificultad o incapacidad para llegar al orgasmo, a pesar de haber habido excitación previa y una estimulación adecuada, que acaba generando insatisfacción, malestar y frustración. Al igual que el vagismo, la anorgasmia puede ser multifactorial, es decir, obedece a diversas causas físicas y psicológicas que suelen estar relacionadas. Entre las físicas, disfunciones en el suelo pévico, trastornos ginecológicos (como la endometriosis y la enfermedad inflamatoria pélvica o EIP), menopausia, cirugías, el tabaquismo o determinada medicación; y entre las psicológicas, por lo general, factores coincidentes con los del vaginismo.

Para tratar el vaginismo y la anorgasmia, suelen utilizarse los dilatadores vaginales y los estimuladores de clítoris. Lor primeros, porque estiran gradualmente los tejidos vaginales y la musculatura del suelo pélvico, y además aumentan el flujo sanguíneo y la lubricación. Los segundos, porque no son invasivos (no se introducen en la vagina), favorecen el orgasmo (con todos los beneficios físicos y emocionales que aporta) y facilitan la exploración de nuestro cuerpo y deseo (lo que nos permite romper poco a poco los tabúes mentales).

Consejos básicos para el uso de dispositivos íntimos

Material

El material más recomendable es la silicona de grado médico (es decir, la que se usa con fines médicos y quirúrgicos, como catéteres y marcapasos), un material biocompatible (compatible con los tejidos corporales), inocuo para el organismo (no desprende partículas tóxicas ni provoca que el cuerpo la rechace), hipoalergénico (no provoca alergias) y no poroso, por lo que previene el crecimiento de bacterias y hongos, disminuyendo el riesgo de infecciones vaginales, urinarias y anales. 

Lubricante

Los lubricantes son imprescindibles para usar vibradores (en especial, si se sufre algún trastorno como sequedad, rigidez de los tejidos, dolor), ya que facilitan su inserción, evitan la fricción y aumentan la sensibilidad. La clave para elegir el adecuado es que sea compatible con el dispositivo (para no deteriorarlo) y respetuoso con nuestro pH vaginal y mucosas; algunos lubricantes contienen perfumes y conservantes que pueden alterarlo, dañar nuestra flora vaginal y causarnos alergias y vaginitis

Uno de los más recomendables durante la perimenopausia y tras la menopausia es Feminine Moisturizer, un producto dermatológica y ginecológicamente testado, respetuoso con el pH, microbiota y mucosa vaginales, porque no contiene glicerina, perfumes ni parabenos. A diferencia de los lubricantes que solo lubrican (es decir, solo crean una capa deslizante), Feminine Moisturizer también hidrata la vagina, gracias a su composición a base de agua enriquecida con aloe vera, ginseng y avena, ingredientes naturales con propiedades beneficiosas para la piel y mucosas.

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Limpieza y desinfección

Como vimos en este artículo, hay que limpiar (eliminar las bacterias superficiales, el olor y la acumulación de flujo y residuos) y desinfectar (destruir el 99,9% de microorganismos como hongos y bacterias) los dispositivos íntimos para prevenir infecciones y conservarlos en perfecto estado.

  • Limpiar. A diferencia de otras marcas, los vibradores, masajeadores y ejercitadores de INTIMINA son de silicona de grado médico, un material no poroso y antibacteriano que evita la formación de polvo y bacterias en su superficie, aunque es recomendable lavarlos antes de cada uso y después de utilizarlos, con agua tíbia y un jabón respetuoso con el pH vaginal; y luego, secarlos al aire libre o con toallas de papel que no desprendan pelusas, eliminando cualquier resto de humedad.
  • Desinfectar. Se recomienda esterilizar los dispositivos íntimos cuando los estrenamos, se han caído al suelo, llevamos mucho tiempo sin usarlos o no los hemos guardado de manera higiénica. Aunque la silicona de grado médico pueden esterilizarse hirviéndola en agua o usando pastillas de desinfección de chupetes de bebé, los vibradores, succionadores y algunos ejercitadores del suelo pélvico no son resistentes al agua (aunque puedan ser sumergibles) y tienen piezas (cargador, USB, batería, etc.) que pueden estropearse. En esos casos, es muy útil el Limpiador de Accesorios Íntimos de INTIMINA, un pequeño espray sin alcohol, perfumes ni parabenos, que limpia y esteriliza juguetes sexuales de silicona, caucho o látex (y copas menstruales y ejercitadores del suelo pélvico de estos materiales), de manera sencilla, rápida y discreta (una sola pulverización de apenas 5 segundos) y meticulosa (elimina casi el 100% de microorganismos y suciedad). Tan solo tienes que rociar tu dispositivo, esperar unos segundos, enjuagarlo con un poco de agua y secarlo con un pañuelo que no desprenda pelusa. Como el limpiador es biocompatible, con un pH equilibrado y no contiene ni alcoholes ni parabenos (conservantes), no provoca irritaciones ni alergias, ni perjudica a la microflora vaginal ni a nuestro pH íntimo.

menopausia

Conservación

Para garantizar una completa higiene, guarda tus dispositivos íntimos protegidos del calor, el sol directo, el polvo y el contacto con objetos que puedan acumular suciedad y bacterias. Si quieres mantenerlos en perfecto estado, mételos en una funda de tela higiénica o en un estuche de silicona (uno para cada objeto, para que no entren en contacto unos con otros) y guárdalos en un lugar en el que no les dé el sol directo, no haya temperaturas altas y estén protegidos del polvo y la suciedad. 

También es importante que laves de vez en cuando la funda o el estuche en donde los hayas guardado, con agua caliente, algún jabón antibacteriano (no productos desinfectantes), los enjuagues muy bien y luego, los seques hasta eliminar cualquier rastro de humedad. 

Resumiendo: los «juguetes sexuales» no solo proporcionan placer, también ayudan a prevenir y tratar problemas graves que afectan a nuestra salud y a nuestra vida. No obstante, recuerda que este artículo es una guía orientativa. Si sufres algún síntoma negativo, ve al médico sin falta. Como hemos visto, muchos trastornos del suelo pélvico y disfunciones sexuales tienen un origen multifactorial y para un correcto diagnóstico y tratamiento puede que sea necesaria la intervención de especialistas de distintas ramas de la medicina como la ginecología, fisioterapia, psiquiatría y sexología. No lo dejes pasar por vergüenza. Es hora de desterrar los tabúes y disfrutar de una vida sana y plena.

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