Lo que debes saber sobre el cáncer de endometrio
El cáncer de endometrio o endometrial es la cuarta neoplasia maligna más frecuente en España (y la primera neoplasia ginecológica maligna en EEUU). Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en España, más del 90% de los casos se diagnostican en mujeres mayores de 50 años, siendo 63 años la edad media de diagnóstico, aunque también hay mujeres menores de 40 años que lo sufren (un 4%).
Aunque un 75-80% de los casos son diagnosticados en estadio I con una tasa de supervivencia a 5 años de un 95%, la tasa de supervivencia a 5 años es más baja cuando existe diseminación regional, es decir, cuando el cáncer se propaga a los tejidos cercanos o a los ganglios linfáticos regionales (72%) o a distancia, es decir, cuando hay metástasis y el cáncer se propaga a órganos distantes del cuerpo (20%), de ahí que sea tan importante la reducción de los factores de riesgos y la detección temprana, pues a medida que avanzan los estadios y las células malignas se propagan, la tasa de superviviencia es menor.
Por ello, en este artículo veremos cuáles son las características del cáncer de endometrio o endometrial, sus síntomas, los factores de riesgo, el diagnóstico, el tratamiento y pautas para reducir los riesgos de padecerlo.
Qué es el cáncer endometrial
El cáncer de endometrio es el tipo más común de cáncer de útero (órgano pélvico hueco con tamaño y forma de pera donde se produce el desarrollo fetal). El otro es el sarcoma uterino, más infrecuente, maligno y difícil de tratar, ya que se origina en el músculo y los tejidos que sostienen al útero (matriz), a diferencia del cáncer endometrial, que comienza en el endometrio.
El cuerpo del útero, órgano pélvico hueco con tamaño y forma de pera donde se produce el desarrollo fetal, tiene dos capas principales: el miometrio y el endometrio:
- El miometrio es la capa externa y gruesa de músculo que se extiende y expande durante el crecimiento del feto y es clave durante el proceso del parto, para expulsar al bebé y a la placenta.
- El endometrio es la capa interna interna del útero, una túnica mucosa que crece durante el ciclo menstrual adherida al miometrio, para permitir la implantación del óvulo fecundado; si no hay fecundación, el endometrio se desprende de las paredes del útero dando lugar al flujo menstrual o menstruación, y el proceso de formación de la capa mucosa vuelve a iniciarse. Por lo tanto, el cáncer endometrial es una enfermedad en la que se forman células malignas o cancerosas en los tejidos del endometrio, que, de no tratarse, puede extenderse a otras zonas del cuerpo.
Tipos de cáncer endometrial
El cáncer de endometrio se clasifica en diferentes etapas según su extensión y propagación por el cuerpo. Según el sistema de la FIGO (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia) los estadios o etapas de esta neoplasia maligna son los siguientes:
- Etapa o Estadio I. El cáncer se encuentra en el endometrio (útero).
- Etapa o Estadio II. El cáncer se ha diseminado del útero al estroma del cuello uterino.
- Etapa o Estadio III. El cáncer se ha diseminado más allá del útero, pero solo en el área pélvica.
- Etapa o estadio IV. El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo (metástasis).
Causas del cáncer endometrial y factores de riesgo
El cáncer de endometrio se produce por cambios o mutaciones en el ADN de las células del endometrio que las convierte en anormales y que, a diferencia de las células sanas, crecen y se multiplican fuera de control. Estas células malignas pueden acumularse formando un tumor o tumores y también invadir tejidos cercanos o diseminarse a otras partes del cuerpo (hacer metástasis).
Aunque los especialistas desconocen la causa concreta de estas mutaciones de las células, señalan que los siguientes factores aumentan el riesgo de padecer cáncer endometrial:
- Desequilibrio hormonal, especialmente entre el estrógeno y la progesterona, las dos hormonas femeninas principales. Este desequilibrio puede ser causado por enfermedades y trastornos (como la diabetes tipo 2, tumores productores de estrógenos o el síndrome del ovario poliquístico) o por factores externos (como la terapia hormonal tamoxifeno para el cáncer de mama y la terapia hormonal no combinada en la menopausia).
- Edad. Este tipo de tumor se desarrolla más frecuentemente a partir de los 50 años.
- Antecedentes familiares. Familiar de primer grado (madre, hermana o hija) que haya padecido cáncer de endometrio.
- Menarquía precoz. Primera regla antes de los 12 años.
- Menopausia tardía. Última regla después de los 55 años.
- Ciclos anovulatorios. Ausencia de ovulación durante algunos ciclos menstruales, es decir, ciclos menstruales en los que no se libera un óvulo.
- Nuliparidad. No haberse quedado nunca embarazada aumenta el riesgo de sufrir cáncer endometrial frente a mujeres que han tenido, al menos, a un bebé.
- El síndrome de Lynch o cáncer de colon hereditario sin poliposis (HNPCC). El síndrome de Lynch, causado por una mutación genética transmitida de padres a hijos, aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon y otros tipos de cáncer, incluido el cáncer de endometrio (en este caso, hasta un 70%).
- Hiperplasia endometrial atípica. Hay dos tipos de hiperplasia endometrial o proliferación excesiva del endometrio: la hiperplasia leve o simple (con un riesgo de convertirse en cancerosa de, aproximadamente, el 8%), y la hiperplasia atípica (con un riesgo de hasta el 29% de volverse cancerosa si no se trata a tiempo).
- Sobrepeso y Obesidad. El sobrepeso y la obesidad son dos factores de riesgo alto debido a que el tejido adiposo eleva los niveles de estrógenos, causando hiperestrogenismo o exceso de estrógeno en el cuerpo. En concreto, las mujeres con sobrepeso (índice de masa corporal o IMC de 25 a 29.9) tienen el doble de probabilidades de desarrollar cáncer endometrial que las mujeres en su peso ideal, y las mujeres con obesidad (IMC superior a 30), el triple. Por otro lado, los ciclos de pérdida-recuperación de peso (ganar o perder mucho peso muchas veces a lo largo de la vida) también son un factor de riesgo de desarrollar cáncer de endometrio tras la menopausia.
- Miomas uterinos. Los miomas uterinos (también conocidos como fibromas uterinos) son tumores benignos que tienen su origen en la pared muscular del útero. Según las estadísticas, son el tumor benigno del órgano reproductor femenino más frecuente (afectan al 50-75% de las mujeres en edad fértil) y son un riesgo de desarrollar cáncer de útero, aunque la incidencia es muy baja.
- Endometriosis. La endometriosis es una afección que se caracteriza porque células similares a las del endometrio se reproducen en otras partes del cuerpo, generalmente el ovario y el útero (el 75% de los casos), aunque según sea el grado y evolución de la enfermedad pueden verse afectados otros órganos (colon, vejiga, uréteres, riñones…). La presencia de tejido endometrial fuera del útero puede suponer un mayor riesgo para el desarrollo de tumores malignos, como el cáncer endometrial.
- Cáncer de mama o cáncer de ovario. Las mujeres que han padecido cáncer de mama o cáncer de ovario también podrían tener un mayor riesgo de padecer cáncer de endometrio, debido a que algunos de los factores de riesgo dietéticos, hormonales y reproductivos de estos dos tipos de cáncer también podrían aumentar el riesgo de padecer el endometrial, a lo que se suman los riesgos del tratamiento, como la radioterapia y la terapia con tamoxifeno.
- Hipertensión arterial.
Síntomas del cáncer endometrial
El sangrado vaginal anómalo es el síntoma principal (75-90% de los casos) del cáncer de endometrio. El sangrado se considera anómalo si es persistente, aparece entre periodos, la menstruación es frecuente (menos de 21 días), es prolongada (dura más de 7 días) o aparece durante la perimenopausia o tras la menopausia.
El cáncer de endometrio también puede presentar los siguientes síntomas:
- Dolor en la parte baja del abdomen o calambres pélvicos.
- Distensión abdominal (sensación de hinchazón o aumento del abdomen).
- Alteración del tránsito gastrointestinal.
- Dolor o dispareunia durante la penetración.
- Flujo vaginal blanquecino o incoloro en mujeres que han pasado la menopausia.
- Secreción vaginal purulenta.
- Anemia provocada por los sangrados.
- Astenia (sensación de cansancio, fatiga o falta de energía).
- Anorexia y pérdida significativa de peso.
Cómo prevenir el cáncer endometrial
Aunque no hay un modo infalible para evitar el cáncer de endometrio, los especialistas señalan que las siguientes medidas pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer la enfermedad:
Terapia de reemplazo hormonal tras la menopausia
Si estás considerando la terapia de reemplazo hormonal para reducir algunos de los síntomas de la menopausia, es muy importante que consultes con tu médico para que te informe sobre los beneficios y desventajas, especialmente si no es combinada (estrógeno y progestina).
Este tipo de terapia no solo aumenta el riesgo de cáncer endometrial, también enfermedades en la vesícula biliar e ictus (primera causa de muerte femenina), desequilibra la flora vaginal y además, puede presentar muchas contraindicaciones (como dolor de cabeza, hemorragias, vómitos, edemas, dolor abdominal intenso o depresión severa).
Píldoras anticonceptivas
Algunos estudios revelan que el uso de anticonceptivos orales durante al menos un año puede reducir el riesgo de cáncer endometrial. No obstante, este tipo de anticonceptivos puede aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda, embolismo pulmonar, infarto de miocardio y derrame cerebral. Consulta con tu médico sobre la conveniencia de tomarlos.
Sobrepeso y obesidad
El sobrepeso y la obesidad no solo aumentan el riesgo de sufrir cáncer de endometrio, también pueden causar disfunciones ginecológicas como el síndrome del ovario poliquístico (SOP), anovulación, preclampsia, impotencia, esterilidad, partos problemáticos y abortos, además de otros trastornos de salud.
Para saber si tu peso no es el adecuado, utiliza el índice de masa corporal (IMC), un indicador simple de la relación entre el peso y la talla, que se calcula dividiendo el peso en kilos de una persona entre su talla en metros al cuadrado (kg/m2); si es igual o superior a 25, padeces sobrepeso, y si es igual o superior a 30, obesidad.
Ve al médico para que te examine y encuentre el origen del trastorno. Como vimos en este artículo, el sobrepeso y la obesidad pueden ser causados por múltiples factores como genética, enfermedades, cambios en el metabolismo, alimentación inadecuada, sedentarismo, etc.
Actividad física
Es posible que la actividad física (ejercicio) disminuya el riesgo de cáncer de endometrio. Esto incluye cualquier tipo de actividad física en el trabajo o en el hogar.
Algunos estudios han asociado niveles más altos de actividad física a menores riesgos de padecer cáncer endometrial, por lo que evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico moderado regularmente puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta neoplasia maligna, así como el de otros trastornos relacionados como la diabetes, la hipertensión arterial o el sobrepeso.
Alimentación
No hay estudios concluyentes sobre la influencia de la alimentación en la prevención del cáncer endometrial. Sin embargo, una alimentación equilibrada sí reduce el riesgo de diabetes, hipertensión y sobrepeso, tres factores de riesgo.
Por ello, es necesario que evites alimentos ricos en grasas saturadas, grasas trans, sal, azúcar (incluyendo los refrescos y las bebidas energéticas), fritos, hipercalóricos y procesados, y también el alcohol, y aumentes el consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos (no salados), semillas y productos integrales. Por otro lado, si te acercas a la menopausia o ya la has pasado, aquí encontrarás un listado exhaustivo de alimentos para prevenir sus síntomas.
Tabaco
Algunos estudios relacionan el tabaquismo con un riesgo menor de desarrollar cáncer de endometrio; en concreto, fumar al menos 20 cigarrillos al día tras la menopausia. No obstante, es un gran error fumar tabaco porque tal vez reduzca el riesgo. Por un lado, las fumadoras tienen más probabilidades (entre un 30 y 40 %) de sufrir diabetes tipo 2 que las no fumadores; un riesgo que aumenta proporcionalmente a los cigarrillos que se consuman diariamente.
Por otro, fumar no solo eleva las probabilidades de sufrir enfermedades graves como cáncer (oral, de pulmón, garganta, esófago, páncreas, riñón, cuello uterino…), bronquitis, enfisema, enfermedades del corazón e ictus, también trastornos del suelo pélvico (hipertonía, incontinencia urinaria y fecal) y del sistema reproductor (reglas irregulares, amenorrea, disminución de la fertilidad y adelanto de la menopausia), entre otras afecciones, que puedes consultar aquí.
Trastornos endometriales
La mayoría de los cánceres endometriales se desarrollan durante años y muchos de ellos surgen tras trastornos endometriales, como la hiperplasia. Si sufres algún trastorno en el endometrio, consulta con tu médico sobre las opciones para reducir el riesgo.
Síndrome de Lynch
Si tienes cáncer de colon hereditario sin poliposis (HNPCC, o síndrome de Lynch), consulta con tu médico sobre las alternativas para prevenir el cáncer endometrial. Por lo general, los especialistas recomiendan la extirpación del útero, los ovarios y las trompas de Falopio (si ya se han tenido hijos o no hay deseo de tenerlos) como medida de prevención del cáncer de endometrio.
Diagnóstico y tratamiento del cáncer endometrial
Para diagnosticar el cáncer de endometrio, el especialista puede realizarte pruebas como una exploración ginecológica, ecografía transvaginal, histeroscopia y biopsia endometrial, entre otras.
El tratamiento dependerá del estadio en el que se encuentre el cáncer, y puede incluir terapia hormonal, radioterapia, quimioterapia y operaciones quirúrgicas como la extirpación del útero, ovarios, trompas de Falopio e incluso los gánglios linfáticos cercanos.
Es de vital importancia que se haga un seguimiento tras el tratamiento, para detectar una posible recaída o recidiva de la enfermedad y también para mejorar la calidad de vida.
Por otro lado, sufrir cáncer no solo afecta a la salud física, sino también a la psicológica y emocional. Según el National Cancer Institute, son habituales los sentimientos de agobio, negación, enojo, miedo, esperanza, estrés, ansiedad, tristeza, depresión, culpa y soledad, que pueden cambiar a diario e incluso sucederse a lo largo del mismo día. Por eso es muy importante recibir ayuda psicológica especializada, unirse a grupos de apoyo, y que la pareja y los familiares más cercanos reciban la misma ayuda.
Espero que este artículo, a título meramente informativo, te haya ayudado. Por favor, recuerda que el síntoma principal del cáncer endometrial es un sangrado inusual. Si presentas este síntoma, acude al médico para que te haga pruebas, cuanto antes se diagnostique esta neoplasia maligna, mayores probabilidades de supervivencia habrá.
Por otro lado, si ya has pasado la menopausia, cualquier sangrado es preocupante, ya que puede ser síntoma no solo de este tipo de cáncer, sino también de cáncer de ovario, de cuello uterino y de trastornos como atrofia del endometrio (reducción excesiva del mismo), hiperplasia endometrial (aumento del grosor del revestimiento del útero), pólipos (tumores benignos) e infecciones, entre otros.
Fuentes:
Cáncer de endometrio-útero. Dra. Luisa Sánchez Lorenzo. Sociedad Española de Oncología Médica. Escrito: 17 de julio 2023. Disponible en: https://seom.org/info-sobre-el-cancer/endometrio. Fecha de acceso: 25/08/2023.
PDQ® sobre los exámenes de detección y la prevención. PDQ Prevención del cáncer de endometrio. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: 9 de junio de 2023. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/uterino/paciente/prevencion-endometrio-pdq. Fecha de acceso: 29/09/2023.
Los sentimientos y el cáncer publicada originalmente por el Instituto Nacional del Cáncer. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: 20 de agosto de 2018. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/cancer/sobrellevar/sentimientos. Fecha de acceso: 29/09/2023.
Sangrado después de la menopausia: ¿es preocupante? Mayo Clinic. Tatnai Burnett, M.D. Disponible en:
https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/menopause/expert-answers/bleeding-after-menopause/faq-20058396
Brenda B. Lennox es el seudónimo de una escritora con varios premios literarios a su espalda. La máscara que le permite mostrar su lado más salvaje en textos eróticos que destilan crudeza no exenta de humor negro y poesía. La firma que avala su compromiso con la sexualidad y la salud femenina en artículos para medios como Volonté o Intimina.