Comparativa entre las bragas menstruales y las copas menstruales
La copa es un producto menstrual más eficaz, higiénico, saludable, ecológico y rentable que las compresas y los tampones; asó lo confirman estudios científicos independientes como este, resultado de la revisión de los datos de 43 investigaciones previas más una encuesta realizada a 3.319 mujeres. Pero, ¿es mejor que las bragas menstruales? ¿Superará el combate o perderá por K.O.? En este reportaje analizaré todas las variantes, aunque ya te adelanto que sí, la copa vence a su contrincante limpiamente.
Riesgos para la salud
Como expliqué en el artículo sobre la sexualidad ecológica, determinados materiales empleados en el proceso de fabricación de algunos tampones y compresas como lejías, resinas, perfumes o agentes aglutinantes pueden resultar tóxicos o perjudiciales para nuestro organismo porque provocan alergias, infecciones, micro erosiones y enfermedades graves como el cáncer.
Las bragas menstruales suelen constar de tres capas elaboradas con tejidos especiales para absorber el fluido menstrual, eliminar el olor y evitar las infecciones vaginales. La capa que está en contacto con la piel suele ser de algodón o algún tejido drenante para evitar la sensación de humedad; la intermedia, de un tejido absorbente que retiene la regla, y la externa, de un tejido impermeable y transpirable que evita las fugas.
El problema es que algunos de estos tejidos están compuestos de materiales sintéticos como poliéster, poliuretano o elastano, sustancias tóxicas que podrían reducir la fertilidad, afectar a la resistencia a las vacunas e incluso provocar cáncer. De hecho, este estudio realizado por el científico nuclear de la Universidad de Notre Dame, Graham Peaslee, a petición de Jessian Choy, periodista de la revista Sierra, revela que las bragas menstruales de la marca Thinx contienen 3264 partes por millón de sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), un grupo de productos químicos sintetizados, dañinos tanto para el ser humano como para el medioambiente debido a su toxicidad.
Aunque las PFAS están presentes en numerosos productos, es peligroso que se encuentren en ropa que está en contacto directo con la piel, especialmente la vulva y la vagina, ya que estas las absorben y pueden pasar al organismo en el que se irán acumulando. Aunque Thinx negó en un comunicado la presencia de estas sustancias químicas, es innegable que las PFAS están presentes en determinados materiales con los que se fabrican las bragas menstruales.
Las copas menstruales no presentan ningún riesgo para la salud siempre y cuando estén fabricadas con silicona de grado médico. Este material debe cumplir ciertos estándares de calidad que certifiquen que es seguro para el cuerpo humano y ser aprobado por organismos encargados de la salud, seguridad, medio ambiente y responsabilidad social como The Food and Drug Administration (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos).
La silicona médica o de grado médico es compatible con los tejidos corporales e inocua para el organismo porque no desprende partículas tóxicas ni provoca que el cuerpo la rechace, por lo que se utiliza incluso en dispositivos cardiacos como catéteres y marcapasos. En cuanto a las copas menstruales, este material presenta las ventajas de ser no poroso, hipoalergénico y resistente al crecimiento de bacterias, evitando infecciones siempre y cuando se use y limpie de la manera adecuada.
Riesgos para el medio ambiente
Uno de los motivos por los que las mujeres dejamos de usar compresas y tampones es la preocupación por el medioambiente, ya que podemos llegar a generar a lo largo de nuestra vida unos 228 kg de basura que acaba en vertederos o en la naturaleza, en la que se mantiene como contaminante durante decenas de años (algunas fuentes señalan entre 300 y 500 años, dependiendo de la materia utilizada); sin olvidar el coste medioambiental que implica su fabricación con materiales como papel (deforestación), algodón (pesticidas y fertilizantes químicos) y productos tóxicos como las dioxinas (letal para animales pequeños).
Las bragas menstruales podrían ser una opción ecofriendly si no fuese porque según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la producción textil es la segunda industria más contaminante del mundo, solo por detrás del petróleo, debido al proceso de producción y a los residuos que genera.
Todos los tejidos liberan microfibras, ya sean orgánicas (como el algodón, la lana o el cáñamo) o sintéticas (como el poliéster y el acrílico). El problema es que el tejido sintético, producto de la industria petroquímica, es esencialmente plástico. Cuando lavamos la ropa se liberan microfibras tóxicas que acaban en las vías fluviales y en los océanos, contaminando los ecosistemas y luego regresan al ser humano a través de lo que bebemos y lo que comemos.
Puede que te parezca una exageración, pero no lo es: las microfibras son el principal contaminante plástico de las cuencas fluviales (por lo tanto, se encuentran en el agua del grifo) y los océanos. A su composición se suma que tienen la capacidad de absorber los tóxicos del agua y cuando son ingeridas por los animales y el plancton, no solo alteran su organismo (causándoles infertilidad, inflamación y cáncer), también pasan al nuestro cuando bebemos el agua o comemos peces o marisco, y se acumulan en nuestros tejidos y órganos (pulmones, hígado, bazo y riñones).
Además, cuando acaba la vida útil de la ropa fabricada con materiales sintéticos, estos no se degradan, y siguen filtrando su contenido tóxico en la tierra y las aguas fluviales si acaban en la naturaleza y si terminan en un vertedero, su incineración desprende tóxicos a la atmósfera.
Las copas menstruales fabricadas con silicona médica no presentan estos riesgos para el medio ambiente porque es un material inerte, es decir, no desprende toxinas ni ninguna otra sustancia, ni tampoco se descompone en plásticos. Esto implica que no desprenden ningún microplástico ni sustancia nociva cuando las lavas. En cuanto al fin de su vida útil, su incineración no genera humo tóxico; y si por algún motivo termina en la naturaleza, se descompondrá lentamente sin afectar al medio ambiente porque la silicona está compuesta de silicio. Eso sí, como no es biodegradable y su destrucción natural es muy lenta, es mejor que te deshagas de ella en contenedores especiales.
Prevenir trastornos de salud
Cada mujer es un mundo y su ciclo menstrual, otro; además, cambia a lo largo de la vida por numerosos motivos, entre los que se incluyen enfermedades, patologías y disfunciones. La regla también puede experimentar cambios en su color, textura y olor que pueden revelar problemas de salud. Por ejemplo, la regla abundante, de consistencia líquida y de color rojo intenso (símbolo de nuestra campaña Seen+Heard), característica del segundo o tercer día de menstruación, refleja que todo marcha bien, salvo que dure más de 8 días porque puede ser síntoma de pólipos en el endometrio.
Lo mismo ocurre con el olor menstrual, que suele ser metálico (por el hierro presente en la sangre), dulzón y ácido (debido a la composición única del pH vaginal y su acidez). Sin embargo, cuando su olor es intenso, penetrante, similar a pescado podrido, y su color amarillento o anaranjado, es muy probable que haya una infección vaginal.
La mejor manera de observar y oler nuestra regla es usando una copa menstrual, porque la retiene y no altera su composición, a diferencia de las compresas, tampones y bragas menstruales, que además cuentan con la desventaja de ser de diferentes colores. Elegirlas blancas tampoco evitará el problema, porque absorben el flujo menstrual en la capa interna impidiendo apreciar la textura y el color.
Vida útil y mantenimiento
Las bragas menstruales suelen tener una vida útil de unos 2 años, aunque dependerá del material y de si has seguido a rajatabla los consejos de conservación. En general, deberás lavarlas a mano (preferiblemente), en agua fría y con un jabón lo más neutro y natural posible (evitando el jabón de Marsella y los que contengan suavizantes y aceites naturales) y secarlas al aire (nada de secadoras u otras fuentes de calor) para evitar que pierdan su capacidad de absorción.
En cuanto a su duración diaria, dependerá de la cantidad de flujo que tengas y de la capacidad de absorción de cada braga. Las hay con diferentes grados, así que puedes alternarlas dependiendo del flujo que tengas ese día en concreto o usar siempre las más absorbentes. De todos modos, tendrás que usar dos bragas al día como mínimo, por lo que, considerando que deben secarse al aire, deberías contar con al menos cuatro o cinco bragas en cada periodo.
Las copas menstruales tienen una vida útil de unos 10 años, aunque dependerá del modelo y de si has seguido los consejos de conservación. Cada vez que la copa esté llena, debes vaciarla y lavarla con agua (sin jabón) antes de volver a introducírtela. Si es de silicona médica, no tienes que esterilizarla cada vez que te la pongas, porque es antibacteriana; aunque sí deberás hacerlo cuando termine tu menstruación y antes de guardarla hasta la siguiente, siguiendo las instrucciones del fabricante.
En cuanto a su duración diaria, puede llevarla puesta hasta 8 horas y como solo debes vaciarla y volver a ponértela, solo necesitarás una durante toda la menstruación. Además, si estás fuera de casa, no necesitas llevar una de repuesto, porque puedes vaciarla, lavarla y ponértela de nuevo.
Rentabilidad
Las bragas menstruales tienen un precio medio que oscila entre los 25 y 35 euros cada una. Como hemos visto, se necesitan un promedio de tres a cinco bragas por periodo menstrual y su duración vital no excede de 2 años en el mejor de los casos. A veces, comprarlas en pack sale más barato, pero eso supone tener que comprar del mismo tipo de flujo y arriesgarse con la talla, uno de sus máximos inconvenientes. Acertar con ella suele ser un acto de fe en muchos casos; es cierto que eso ocurre con cualquier braga, pero en el caso de las menstruales se complica, porque si no se ajustan bien aumentan las posibilidades de que se filtre la regla y te manche la ropa. Además, aunque aciertes de lleno, deberás mantener tu peso o acabarán quedándote o estrechas o anchas, con la incomodidad y reducción de efectividad que eso implica.
Las copas menstruales tienen un precio medio que oscila entre los 25 y 30 euros cada una. Como hemos visto, solo necesitas una por ciclo menstrual y su duración vital puede llegar a 10 años. La búsqueda de la talla que necesites puede ser compleja en un principio porque dependerá de factores como si has dado o no a luz, si tu suelo pélvico es débil, si eres principiante o si tu flujo es más o menos intenso; pero una vez que aciertes con ella, no deberás cambiarla cada vez que engordes o adelgaces, sino por cambios en la vagina como haber tenido un bebé por primera vez. Y aun así, haciendo cuentas, es evidente que salen muchísimo más rentables las copas que las bragas.
Comodidad
Son muchos los factores que determinan si un producto menstrual es más o menos cómodo, pero como ya hemos visto algunos de un modo implícito, señalaré la libertad de acción, la sensación de humedad y la discreción.
Libertad: Con una copa menstrual puedes bañarte (mar, piscina, río) y estar fuera de casa todo el día (sin tener que llevar unas bragas de recambio o las usadas repletas de regla tras cambiarte). Y si te gusta mantener relaciones sexuales, pero quieres evitar los inconvenientes del flujo menstrual, puedes usar la única copa menstrual existente para mantener sexo con penetración: Ziggy Cup, a prueba de fugas y con 76 ml de capacidad (15 veces más que tampón).
Humedad y discreción: Aunque se supone que el tejido de las bragas menstruales es absorbente, hidrófugo, antibacteriano y transpirable, en la práctica, como tengas un flujo abundante, el tejido no siempre lo absorberá con la rapidez que te gustaría y acabarás experimentando una sensación desagradable de humedad. A esto se suma que, en esos casos, deberás estar más pendiente porque puede filtrarse por los laterales y acabar manchando tus pantalones. Sin embargo, la copa menstrual recoge la menstruación en tu interior, así que jamás sentirás humedad. En cuanto a las fugas, si está bien ajustada, serán 0.0%. Finalmente, está el problema del olor. Cuando el flujo menstrual entra en contacto con el aire, su olor se intensifica, especialmente con las altas temperaturas típicas del verano. Y aunque el material de las bragas menstruales suele ser transpirable y antibacteriano, no siempre evita que la regla entre en contacto con el aire. Por el contrario, las copas menstruales siempre lo evitan, ya que la retienen el flujo en nuestro interior.
Resumiendo: la copa no solo es un producto de protección menstrual más eficaz, higiénico, cómodo, saludable, ecológico y rentable que las compresas y los tampones, también que las bragas menstruales, siempre y cuando esté fabricada con silicona médica, uses la talla adecuada y sigas los consejos de conservación especificados por su fabricante. ¿No te parece?
Brenda B. Lennox es el seudónimo de una escritora con varios premios literarios a su espalda. La máscara que le permite mostrar su lado más salvaje en textos eróticos que destilan crudeza no exenta de humor negro y poesía. La firma que avala su compromiso con la sexualidad y la salud femenina en artículos para medios como Volonté o Intimina.