Un periodo saludable: ¿Es seguro utilizar tampones?
Todas recordamos la primera vez que utilizamos un tampón ¿verdad? Seguramente fue una experiencia extraña aunque liberadora. Por fin una alternativa a las molestas compresas que nos permitieron ir a nadar, practicar Yoga y correr por un campo de flores silvestres llevando un pantalón corto blanco impecable (bueno, tal vez esto último sea parte de un anuncio).
Sin embargo, últimamente los tampones han estado acaparado mucha atención, ¿ son tan malos como los pintan? Desde el misterio de los materiales con los que se elaboran hasta su impacto medioambiental, es importante estar informada sobre los productos que introduces en tu cuerpo y tomar las decisiones basadas en este conocimiento. Para ayudarte, te ofrecemos una guía sobre los problemas que presentan los tampones y las mejores alternativas a éstos.
Químicos y pesticidas
La mayoría de los tampones están elaborados con una combinación de algodón y rayón (un material sintético de la pulpa de madera), además de determinados plásticos y aditivos que aumentan la absorción. Debido a regulaciones gubernamentales, los fabricantes no están obligados a comunicar a los consumidores exactamente con qué se están elaborando los tampones, aunque las asociaciones de consumidores y legisladores están haciendo campaña constante para que se realicen estudios oficiales sobre los riesgos de estos productos. Por suerte, gracias a investigaciones independientes y a diversas pruebas, es de conocimiento público algunos de los químicos que contienen.
Los materiales para fabricar tampones suelen ser blanqueados. Este proceso genera subproductos químicos como la dioxina, que ha demostrado causar efectos perjudiciales sobre las personas. La dioxina se ha asociado a la supresión del sistema inmunitario, a problemas reproductivos y al cáncer. Y aunque sólo se ha encontrado dioxina en tampones a niveles muy bajos (menores que en los alimentos), los tampones se usan todos los meses y es sabido que la dioxina se acumula en el tejido graso del cuerpo y genera problemas de salud años a largo plazo.
Otra preocupación con respecto a los tampones son las fragancias, ya que la “fragancia” contiene una combinación de distintas sustancias químicas cuya fórmula es guardada en secreto por los fabricantes.
Asimismo se estima que el cultivo de algodón tradicional (no orgánico) constituye del 16 al 30% del uso de pesticidas en el mundo y las investigaciones han demostrado que algunos de esos pesticidas se filtran en el proceso de fabricación y llegan al producto final.
Aunque no se han realizado investigaciones sobre los efectos de la exposición a los químicos y pesticidas presentes en los tampones, el tejido vaginal es muy permeable, lo que facilita que tu cuerpo absorba dichos químicos. Utilizarás tampones varios días todos los meses a lo largo de los 40 años que tengas el periodo: demasiado tiempo para exponer ese tejido tan delicado a químicos potencialmente tóxicos.
Lo absorben todo
Tu vagina es un pequeño ecosistema donde viven una variedad de microorganismos y fluidos que la mantienen saludable, y que conservan tu pH a un nivel adecuado para evitar la proliferación de bacterias nocivas. Durante el periodo, tu cuerpo continúa produciendo sus fluidos habituales, y las bacterias benignas (fundamentales para tener una vagina en equilibrio), siguen cumpliendo su función. Los tampones, por naturaleza, absorben todo indiscriminadamente, lo que puede producir sequedad y atrapar las bacterias que tu cuerpo está intentando expulsar, a la vez que desequilibra los fluidos y las bacterias benignas que la mantienen saludable. Como consecuencia, esto impide la capacidad de natural de tu vagina de regularse y mantenerse limpia, causando irritaciones e incluso infecciones.
Fibras
Aunque el material de los tampones ha sido moldeado para tener un tamaño insertable, el objetivo es que se expanda y ablande para absorber el flujo menstrual. Como consecuencia, algunas de esas fibras podrían ablandarse demasiado y quedarse en tu interior cuando te quites el tampón, creando una superficie perfecta para que las bacterias se escondan y crezcan en el interior.
Síndrome de shock tóxico o SST
El síndrome del shock tóxico es una enfermedad rara, de consecuencias fatales, frecuentemente asociado al uso de tampones. Fue un tema muy controvertido durante los años 80, cuando las empresas producían tampones ultra absorbentes que, tras usarse durante periodos largos de tiempo, se convirtieron en caldo de cultivo para las bacterias, irritar el tejido vaginal, y ocasionando a veces pequeñas laceraciones que permitían el acceso de las bacterias al torrente sanguíneo. Los fabricantes han ido haciendo ajustes a sus productos desde entonces, pero utilizar tampones que son más absorbentes de lo necesario o utilizarlos durante mucho tiempo ha sido vinculado con varios casos de SST en los últimos año. Sigue las instrucciones del fabricante y no te tomes esta enfermedad a la ligera.
Medioambiente
Una mujer utilizará 11.000 productos desechables para el periodo a lo largo de su vida, y la mayoría de éstas piezas de algodón y plástico acabarán en el vertedero. En el 2010 se realizó la limpieza de una playa y encontraron una media de 30 unidades de productos para el cuidado menstrual –como aplicadores de plástico, envoltorios, y cubiertas de papel de las compresas– en cada kilómetro de la playa. ¡Para ser un proceso natural del cuerpo humano, genera demasiada basura! También debemos tomar en cuenta el proceso de fabricación: todos los pesticidas y químicos que se utilizan en el algodón y el rayón deben desecharse, a menudo en la naturaleza. Si quieres calcular cuántos productos menstruales desechables estás creando desde que empezaste a menstruar, haz clic aquí.
Precio
Esos 11.000 productos desechables para el periodo representan un gasto de 2.500€ a lo largo de la vida. ¿No sería mejor utilizar ese dinero en otra cosa, como en viajes a campos de flores silvestres o en más ropa blanca, en vez de tener que gastarlo todos los meses en estos productos?
Alternativa a los tampones
Entonces, ¿qué hacemos? Existen diversas alternativas a los tampones tradicionales como los tampones de algodón orgánico, esponjas y compresas de algodón reutílizables, que pueden ayudarte a disminuir algunos de estos problemas.
No obstante, las copas menstruales reutilizables son con diferencia práctica y saludable para evitar estos riesgos. Son hipoalergénicas, fabricadas en silicona de grado médico (sin químicos dañinos o fibras), se introducen en la vagina como un tampón y pueden llevarse hasta 8 horas. No absorben, sino que recogen el flujo menstrual y respetan tu equilibrio íntimo. Sólo debes vaciarla en el inodoro cuando esté llena, lavarla y volver a introducirla, ¡son facilísimas de usar! Proteges el medioambiente y no tienes que comprar una caja todos los meses. Aunque su coste inicial es de alrededor de 30€, si cuidas tu copa podrás utilizarla durante años: un verdadero valor a largo plazo y con toda la libertad que te dan los tampones ¡es hora de darse ese chapuzón!
Estamos bombardeados por la publicidad de productos comerciales para el cuidado menstrual, pero como hemos visto dichos productos no son la opción saludable para tu cuerpo y el medioambiente. Existen otras soluciones, que al comienzo pueden resultar un poco extrañas, pero supondrán un gran cambio en tu salud.
Por favor ten en cuenta que los consejos ofrecidos por Intimina pueden no ser apropiados para tu caso en particular. Consulta siempre con tu médico si tienes preocupaciones específicas relacionadas con tu salud.