Ovulación oculta o celo oculto y atracción sexual
La ovulación es el proceso biológico mediante el cual el cuerpo de una mujer produce y libera un óvulo para que sea fertilizado por un espermatozoide. Los días más fértiles, es decir, los días en los que hay más probabilidades de que una mujer se quede embarazada, comprenden un periodo que va desde tres a cinco días antes del momento en el que el óvulo es liberado y viaja por las trompas de Falopio y las 24 horas siguientes.
A diferencia de la mayoría de las hembras de otras especies de mamíferos, las mujeres tenemos lo que se denomina ovulación oculta o celo oculto, es decir, no mostramos síntomas físicos evidentes de encontrarnos en fase fértil; pero que no sean evidentes no implica que no existan, sino que son más sutiles.
La Ciencia ha estudiado las señales que emitimos tanto a nivel biológico como conductual para señalarlas y dilucidar si los hombres las detectan y responden a ellas; y aunque no hay un consenso científico, la respuesta abrumadora por mayoría es SÍ.
Cuando las mujeres estamos en la fase fértil, nuestro cuerpo se transforma para resultar más deseable sexualmente y además, de manera inconsciente, nos comportamos de un modo más seductor por mucho que no queramos ser madres. Y los hombres los perciben y actúan en consecuencia.
¿Qué cambios experimentamos en nuestro cuerpo durante la fase ovulatoria que provocan el deseo sexual de los hombres? ¿Qué sutiles diferencias de comportamiento manifestamos como si enarboláramos una bandera verde de «estoy en celo y busco un hombre apropiado para ser padre de mis retoños»? En este artículo te lo explico.
Cambios físicos en los días fértiles
Según la Teoría evolucionista, base de este reportaje, ese «celo oculto» ocurre porque a nivel inconsciente queremos ser mamás y buscamos atraer a un hombre con buenos genes para que sea el papá de nuestros retoños. Por eso, durante los días fértiles se producen cambios físicos que revelan que la mujer puede quedarse embarazada y, lo más interesante, que realzan algunos aspectos de este para que resulte más atractiva a los hombres heterosexuales. ¿Cuáles son?
Apariencia de juventud
Los hombres se sienten atraídos por mujeres con apariencia juvenil porque una cara joven se asocia a un cuerpo joven y, por lo tanto, a un mayor periodo de fertilidad. Esa apariencia de juventud se maximiza en los días del ciclo de mayor fertilidad debido a los estrógenos, que proporcionan mayor firmeza, elasticidad y tersura a la piel.
Simetría
A los hombres les resultan más atractivas las mujeres con simetría corporal porque refleja un estado saludable, calidad reproductiva y alta capacidad del organismo para hacerle frente a los parásitos o a las toxinas. Tal y como reveló el estudio Symmetry and ovulation in women del D.Scutt y J.T.Manning de la Universidad de Liverpool, durante la ovulación, las mujeres tenemos una mayor simetría corporal, en concreto, las manos, los pechos y las orejas, por lo que los hombres, inconscientemente, nos encuentran más atractivas.
Pechos
Los hombres suelen sentirse más atraídos por los pechos grandes, proporcionados, firmes y simétricos. Según los científicos, a nivel estrictamente biológico, es por dos motivos. Por un lado, por una reminiscencia de la Prehistoria en la que los hombres elegían a las mujeres con mayores reservas de grasa, incluyendo unos senos grandes (no hay más que ver las estatuillas de las Venus o diosas de la fertilidad de esta época), porque indicaba que estaban bien alimentadas y podrían sacar adelante a sus hijos sin dificultad; y por otra, porque las glándulas de la zona de la areola del pezón segregan feromonas que excitan al hombre de modo inconsciente y, claro está, a mayor volumen, mayor cantidad de feromonas.
Pues bien, en el momento de mayor fertilidad, los pechos aumentan de tamaño, se elevan, se endurecen y su piel es más suave y luminosa, debido a un aumento del estrógeno y de la progesterona.
Cadera
Según estudios como los de Pranzarone, a la mayoría de los hombres les atraen mujeres con una cadera ancha y una cintura que mida cerca del 70% del tamaño de aquella porque, a nivel inconsciente, es señal de salud y fertilidad. Las mujeres que tienen estas medidas son más propensas a quedarse embarazadas, tienen mayores niveles de estrógeno lo que aumenta el tiempo de fertilidad, sufren menos abortos naturales, enfermedades crónicas y la grasa extra ayuda a la madre durante el periodo de gestación. Además, por una cuestión evolutiva, el físico de una mujer delgada puede ser señal de enfermedad, fragilidad, incapacidad de reproducirse y problemas en el parto debido a la estrechez de la cadera.
Pues bien, como ya hemos visto, los niveles de estrógeno son más altos en los días de mayor fertilidad de la mujer y uno de sus efectos es propiciar la retención de líquidos que, a su vez, provocan que esa diferencia entre cintura y cadera sea más marcada.
Olor
Tenemos un aroma personal único e irrepetible resultado de la combinación de múltiples factores entre los que predomina el hormonal. Las mujeres producimos feromonas EST (derivadas del estrógeno) que activan el deseo sexual a nivel inconsciente, tal y como probó este estudio, realizado por la Academia Nacional de Ciencias de China bajo la dirección del científico Wen Zhou y publicado en la revista Current Biology. En él se revela que el estratetraenol, un derivado de una hormona sexual presente en la orina de las mujeres y en sus genitales, provoca una respuesta sexual en los hombres. Cuanto más alto es el índice de estrógenos en las mujeres, más deseable resulta; por eso, cuando una mujer está ovulando, su atractivo sexual aumenta.
No es el único estudio que prueba la reacción de los hombres a las feromonas que exudamos cuando estamos ovulando. Este, por ejemplo, llevado a cabo por Saul L. Miller y John K. Maner, probó que los hombres liberan testosterona como locos cuando huelen camisetas usadas recientemente por mujeres que estaban ovulando y que les da por competir contra otros hombres para cortejarlas. Ya sabéis, la típica pelea de «machos» por ser el elegido para montar a la «hembra» de los documentales del Discovery Channel.
Y este estudio, llevado a cabo por la Universidad de Nueva México, reveló que las bailarinas de striptease reciben más propinas en sus días fértiles que cuando tienen la menstruación. ¡Casi el doble! Curioso, ¿verdad?
Voz
La voz es otro de los factores que influyen en la atracción sexual. Aunque son muchos los condicionantes que logran que una voz nos resulte más o menos atractiva, a nivel general y desde un punto de vista meramente biológico, a los hombres les excitan las voces femeninas agudas. Cuanto mayor sea el nivel de estrógenos y progesterona, mayor será la agudeza de la voz; por ello, cuando las mujeres estamos ovulando y en el momento de mayor fertilidad, nuestra voz se vuelve más aguda… y la piel de los hombres se eriza inconscientemente.
Sí, lo demostró este estudio llevado a cabo por la Dra Melanie Shoup-Knox de la Universidad James Madison y el Dr. Nate Pipitone de la Universidad Estatal de Adams. Sus resultados muestran que los cambios hormonales en el período fértil del ciclo menstrual tienen un efecto fisiológico en la laringe de la mujer, y los oyentes lo detectan a nivel inconsciente, hasta el punto de acelerarse su corazón y erizársele la piel por la excitación sexual.
Comportamiento sensual durante la ovulación
Como os expliqué en el reportaje sobre la relación entre el deseo sexual femenino y el ciclo menstrual, nuestra libido comienza a incrementarse justo antes de la ovulación y alcanza su punto más álgido en el momento de mayor fertilidad debido a la interacción entre los estrógenos y «neurotransmisores de la felicidad» como las endorfinas y la dopamina que elevan nuestro estado de ánimo. Estamos en «celo», vaya, y por eso, queramos o no, nuestro cuerpo hace todo lo posible para atraer a un «buen macho».
De hecho, de manera inconsciente, tendemos a cortejar a hombres con independencia de que sea nuestra pareja (Miller et al., 2007) y poner, hablando en plata, los cuernos; por lo que también de manera inconsciente, nuestra media naranja se pone más posesiva y mimosa de lo habitual (Gangestad et al., 2004, 2005, 2010).
Por lo tanto, los cambios biológicos no son lo único que nos ocurre durante los días más fértiles, nuestro comportamiento también es más sensual y tendemos a realzar, en palabras del biólogo evolucionista Greg Bryant, «todo lo que tiene que ver con la feminidad»,
¿Y cómo realzamos nuestra «feminidad»? Contoneándonos de manera sugerente. Así lo revela este estudio llevado a cabo por Nicolas Guéguen, en el que se demostró que cuando estamos ovulando, las mujeres caminamos de un modo más lento y sugerente, y durante más tiempo, delante de los hombres que nos resultan atractivos y que estos lo consideran un contoneo muy erótico.
También nos arreglamos más para resultar más atractivas, usando ropa más insinuante como faldas y escotes, según un estudio realizado por la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) con la investigqadora Martie Haselton a la cabeza; y nos maquillamos mejor, tal y como reveló este estudio Nicolas Guéguen.
Lo más curioso es que no solo los hombres detectan estas señales sutiles del celo oculto y sienten deseo por nosotras, también otras mujeres que, de un modo inconsciente, se muestran más celosas y posesivas con sus parejas cuando estamos cerca según este estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México, entre los que se encuentra Georgina I. García-López, cabeza de la investigación.
Así que es un hecho, por lo menos para los estudiosos de la Teoría evolutiva: el celo oculto existe; cuando las mujeres estamos en la fase fértil, nuestro cuerpo se transforma para resultar más deseable sexualmente y, a nivel inconsciente, nos comportamos de un modo más seductor para atraer al hombre indicado.
De hecho, durante la fase fértil, cambia nuestra percepción sobre lo que nos resulta atractivo o no, en función de factores como el sistema inmunitario del hombre. ¡A qué es curioso!
Aunque esa es otra historia y será contada en otro reportaje.
Brenda B. Lennox es el seudónimo de una escritora con varios premios literarios a su espalda. La máscara que le permite mostrar su lado más salvaje en textos eróticos que destilan crudeza no exenta de humor negro y poesía. La firma que avala su compromiso con la sexualidad y la salud femenina en artículos para medios como Volonté o Intimina.