Qué es el ghosting

Salud femenina | | Brenda B. Lennox

Quedas con alguien en una app de citas; todo ha ido bien, pero cuando llegas a casa, te bloquea. Llevas tiempo tonteando con alguien, parece que la cosa avanza, pero, de repente, su atención disminuye y no contesta a tus mensajes. O, peor aún, mantienes una relación afectiva seria y tu pareja desaparece sin dejarte siquiera una nota. Es duro reconocerlo, pero te han hecho ghosting, una práctica cada vez más frecuente que causa profundas heridas emocionales. ¿Cómo detectarlo? ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo superarlo y seguir adelante? 

Qué es el ghosting

Ghosting proviene de la palabra inglesa ghost (fantasma), ya que la persona desaparece de un modo «espectral». Aunque el término es relativamente moderno, debido a que las nuevas maneras de relacionarnos (redes sociales, whatsapp, messenger, etc.) facilitan desaparecer sin dejar rastro, con un simple click, el fenómeno es tan antiguo como el mundo. Piensa, por ejemplo, en los hombres que emigraban y dejaban a sus novias en su país, con la promesa de una carta que nunca llegaría, porque habían formado una familia en su nuevo hogar. 

De ahí que en español exista una expresión, «cortar o romper a la francesa», que significa lo mismo: irse de un lugar sin despedirse, desaparecer del mapa, desvanecerse como el humo. O «se fue a por tabaco», una expresión que usa mucho Nelson de Los Simpson, porque su padre dijo que se iba a comprar tabaco y jamás regresó. Pero esta práctica no tiene gracia ninguna, porque (Nelson lo ejemplifica en muchos capítulos) deja dolor, heridas, traumas y, por encima de todo, una duda insoportable: ¿por qué se fue?, ¿le habrá pasado algo?, ¿volverá?

Por eso, la mayoría de los autores consideran al ghosting como una forma violenta y cruel de terminar una relación afectiva, un tipo de abuso emocional, ya que se desaparece sin dar explicaciones, causando daños emocionales en la que persona que ha sido abandonada.

Características del ghoster

Algunos estudios intentan perfilar a los ghoster o personas que hacen ghosting. Differences in Preferred Relationship Termination Strategies revela que los que desaparecen de esta manera (considerada por los autores como una estrategia de evitación, frente a las rupturas cara a cara que son estrategias de confrontación) suelen ser hombres adolescentes y, curiosamente, personas que han sido víctimas de ghosting en el pasado. 

Pero más allá de la edad o del sexo, la mayoría de los investigadores coinciden en que los «fantasmas» suelen tener rasgos de la triada oscura (psicopatía, narcisismo y maquiavelismo), es decir, son egoístas, egocéntricos, insensibles a los deseos y sentimientos de los demás. Cuando quieren algo, no dudan en hacer lo posible para conseguirlo (manipular, engañar, seducir) y, tras utilizar a sus víctimas, las desechan sin ningún tipo de remordimiento.

Pero los ghoster también pueden ser personas inmaduras, con una autoestima muy baja, ansiedad social o dificultad para gestionar sus emociones, por lo que la huida es más fácil que enfrentarse cara a cara con el otro.

¿Por qué hacen ghosting?

Aunque cada persona es un mundo y tiene sus propios motivos, los autores señalan las siguientes causas como las principales del ghosting:

  • Cosificación. Nos estamos acostumbrando a una sociedad en la que las personas son tratadas como mercancía, un objeto que seleccionar a golpe de «match» en las aplicaciones de citas. Por eso, cada vez más usuarios «eligen el producto», quedan con él, satisfacen su deseo y lo descartan como el que descarta una camisa que no quiere volver a ponerse.
  • Desinterés. El ghoster, simplemente, ha perdido el interés en la otra persona. Esto suele ser más habitual en las interacciones por redes sociales; al principio, el otro le resulta atractivo y quieren conocerle, pero a medida que avanza la relación, se dan cuenta de que no es tan interesante como creían, y disminuyen el contacto poco a poco, hasta desaparecer.
  • Inseguridad. Tienen inseguridades emocionales y una baja autoestima, por lo que temen no estar a la altura y que les rechacen o les hagan daño, así que se alejan para protegerse. 
  • Inmadurez. Tienen miedo o reparo a la intimidad y al compromiso que supone una relación; no pueden o no quieren entregarse, porque les supone mucho esfuerzo psicológico y emocional.
  • Rehuir un conflicto. Este motivo suele darse más en las relaciones largas. El desgaste, las discusiones interminables y los desencuentros han hecho mella, y no tienen ni ganas ni fuerzas de seguir con una relación que no lleva a ninguna parte, ni tampoco de explicar algo que, en el fondo, ambos han discutido miles de veces y que no tiene solución.
  • Evitar el dolor. Al igual que el anterior, este motivo suele darse más en las relaciones largas. No desean continuar con la relación, pero no quieren hacer daño a la otra persona o verla sufrir durante la ruptura, así que desaparecen sin más, bien por egoísmo o cobardía de evitarse el mal trago, bien porque creen que el otro sentirá odio hacia ellos por portarse de una manera tan desconsiderada y eso hará que la ruptura les resulte menos dolorosa.
  • Castigar. Un narcisista, maquiavélico o sádico puede emplear el ghosting como una forma de castigo, de tortura, de crueldad emocional, de manifestación de «La ley del hielo» en su forma más demoledora. También puede hacerlo alguien que es, simplemente, rencoroso, como una forma de vengarse por el daño que le hemos hecho previamente. Es muy importante matizar que esto no es aplicable a las personas que huyen de parejas tóxicas y maltratadoras; en este caso, lo más recomendable es dejarlas sin avisar ni informarles de adónde vamos, para proteger nuestra integridad.

Consecuencias del ghosting

Con independencia de la motivación del ghoster, el ghosting es una forma pasivo-agresiva de abuso, maltrato o crueldad emocional que puede dejar secuelas importantes en el abandonado, como culpabilidad, baja autoestima, ansiedad y estados depresivos. ¿Cuáles son las consecuencias más demoledoras? 

  • Incertidumbre. El ghoster te deja en un limbo en el que no sabes cómo reaccionar porque desconoces qué ha pasado. ¿Le habrá ocurrido algo grave como un accidente? ¿Está enfadado?, ¿se le pasará o ha roto definitivamente? ¿Se siente avergonzado por algo que te hizo? ¿Te ha usado y desechado como a un objeto? ¿Qué debes hacer?, ¿preocuparte, insistir, dejar pasar unos días, enfadarte? Todo esto te genera una profunda impotencia, porque no sabes qué pensar, qué esperar, cómo actuar.
  • Proceso de duelo. Cuando te queda claro que ha desaparecido de tu vida definitivamente, esa impotencia se multiplica, porque no te permite saber qué ocurrió ni expresar tu punto de vista y tus emociones; te abandona, te aparta, te silencia, y sin conocer los motivos el proceso de duelo es más largo y doloroso. 
  • Inseguridad. Desconocer los motivos te hace cuestionarte a ti misma y a la relación. ¿La relación era tan pobre o estaba tan moribunda? ¿Hiciste algo para que ocurriera? ¿Cómo no advertiste que era tan mala persona? ¿Realmente lo era? ¿Quién tiene la culpa? ¿Es culpa de alguien? Preguntas y más preguntas que te encierran en una espiral de dolor, odio, culpabilidad, amor, nostalgia, rencor… impidiéndote seguir adelante. 
  • Secuelas. Todo este daño emocional no solo golpea a tu autoestima y te predispone a la tristeza, a la ansiedad y a la depresión, también puede convertirte en una persona que se cierra a nuevas relaciones, que juzga a todos por igual, que teme entregarse… o, peor aún, en alguien que acaba justificando el ghosting como algo «normal» y no duda en hacérselo a otros.

Cómo afrontar el ghosting

Identifícalo

Es fácil identificar el ghosting si te lo hace alguien a quien acabas de conocer o a quien estabas conociendo, pero si una persona con la que mantienes una relación afectiva desaparece sin más, surgen mil dudas sobre si se ha esfumado por propia voluntad o le ha pasado algo (como un accidente). Contacta con familiares y amigos comunes para cerciorarte de que está bien. Si lo está y a pesar de los intentos de contactar o verle, sigue devolviéndote el silencio, analiza si has visto señales previas. ¿Vuestra relación es tormentosa? ¿Habéis discutido? ¿Le has dicho algo insultante? No hablo de obsesionarte con ello, de darle mil vueltas, sino de analizar cómo estaban las cosas antes de que se esfumara.

Respétate

Sé que necesitas conocer todas las respuestas y si no te las dan, todo son hipótesis que pueden enloquecerte. Lo sé por experiencia y por eso, te diré lo mismo que me dijo un gran amigo y que me ayudó a superar el silencio y salir adelante: «No debe importarte por qué lo hizo, debe importarte que fue capaz de hacerte esto». Tenía razón, si alguien es capaz de huir de esta manera a sabiendas del dolor que te causa, sin darte opción a una réplica, abandonándote en un limbo de incertidumbre, con tal crueldad, sea por el motivo que sea (salvo que la hayas maltratado) no te merece. Su huida es lo mejor que te podía haber pasado.

Libérate

Sé que duele, pero no permitas que hunda tu autoestima, sino todo lo contrario; debe ayudarte a crecer, a cambiar comportamientos destructivos hacia ti misma y los demás, a establecer límites en las relaciones y a respetarte a ti y a los otros. También debes aprender a identificar a las personas tóxicas, pero sin caer en el error de pensar que todos son iguales. Si la desaparición ha dañado gravemente tu autoestima, te ha causado ansiedad, una tristeza incontrolable o rozas la depresión, no dudes en buscar ayuda profesional. Cúrate, no permitas que su ausencia te ausente de ti misma.

Y, por favor, salvo que la otra persona sea tóxica, maltratadora o te acose, no hagas ghosting. Ni a tu pareja ni a tu amigo con derecho a roce ni a un polvo de una noche: a nadie. No es necesario que acabes la relación con una conversación larga; si no te sientes preparada, despídete con un simple mensaje, una nota, una carta. Respeta sus sentimientos. Demuestra que tienes valor.

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