Volver a salir: las citas después de la cuarentena
Vivir una pandemia no ha sido nada fácil.
La incertidumbre, la soledad, el aislamiento y el miedo han estado muy presentes en la vida de muchas personas.
En realidad, mientras escribo estas líneas seguimos inmersas en la pandemia, sin saber cómo se resolverá ni cómo será la sociedad cuando todo esto acabe. De hecho, ni siquiera sabemos si la nueva normalidad se parecerá en algo a la normalidad, porque no tenemos ni idea de cómo va a ser.
Todo cambia día a día, semana a semana. Por eso uno de los ejercicios más importantes que podemos hacer es recordar cuáles son las cosas que más nos importan.
Y hay algo que está claro: nuestro deseo de conectar con otras personas no va a desaparecer.
En plena crisis sanitaria, es importante que nos planteemos bien nuestras relaciones.
¿Con quién queremos mantener el contacto y cómo lo haremos? ¿Qué nos ofrece la gente de nuestra vida? ¿Qué podemos ofrecerles? ¿Cómo podemos seguir entablando relaciones, si los recursos que teníamos ya no son los mismos? ¿Cómo podemos adaptarnos a la nueva realidad?
En este momento, la retahíla de preguntas es interminable y las incógnitas siguen siendo muy reales. Pero las personas necesitamos querer. Eso está claro.
Entonces, ¿qué hacemos con las citas y las relaciones?
Estamos más sensibles
Mucha gente ha perdido a seres queridos, o se ha quedado sin trabajo, sin negocio… quien más quien menos, todos hemos sufrido algún revés. Planes que se truncan, proyectos y sueños que hay que descartar.
Todos estamos más susceptibles, más sensibles; hay que ser consciente de ello y tener compasión y empatía.
Cuando todo se tambalea, es el momento de redefinir nuestra forma de encarar los diferentes ámbitos de nuestra vida. En lo que concierne a las citas y las relaciones, tenemos la oportunidad de ser más sinceros, más directos, más transparentes.
Mirar de entender lo que ha vivido la otra persona, darle un espacio para respetar sus pérdidas, su dolor (por cosas pequeñas o grandes) y darnos también la posibilidad de hablar con sinceridad de nuestra experiencia es una forma de establecer una conexión muy real.
Piel con piel (¿o no?)
El contacto humano. ¿Lo recuerdas?
La dulzura de los mimos. Las caricias. La primera chispa de electricidad cuando os rozáis involuntariamente la mano. Los besos que se funden en abrazos.
Para quienes han vivido la cuarentena solos, o separados de su pareja, el ansia de contacto humano es increíblemente acuciante.
¿Cómo podemos satisfacer un deseo tan humano que deviene una necesidad, en un momento como el actual en el que se impone la distancia física?
Por desgracia, no tengo una respuesta. En gran parte depende de dónde vivas, de las estadísticas de casos en tu región y de las recomendaciones del gobierno local.
El contacto físico, y la intuición que se despierta cuando notas (o no notas) química con alguien es un factor muy importante en una relación. Pero en muchas partes del mundo debemos reducir el contacto físico con las personas que no viven con nosotros, y eso nos da la oportunidad de conectar de otras formas.
Siempre he estado a favor de dar un paso más y tener relaciones con alguien si sientes que es el momento adecuado para ti y para tu nueva pareja, pero es verdad que a veces lo complica un poco todo. Prolongar la fase previa conlleva también oportunidades de conocerse, de entablar una amistad y de hablar del tipo de intimidad que se quiere construir, y de cómo va a ser.
Con tu nueva pareja, os podéis plantear preguntas como:
- ¿Qué tipo de contacto físico te parece reconfortante y tranquilizador?
- ¿Cuál te parece la mejor manera de expresar afecto físico con la pareja?
- ¿Hay alguna parte del cuerpo que no te gusta que te toquen?
- ¿Qué pautas hay que establecer antes de tener relaciones sexuales?
De hecho, siempre deberíamos hablar de estas cosas. Con los niños. Con la pareja. Con la familia y los amigos. Todos tenemos gustos y deseos diferentes, y además tenemos nuestros límites. Merece la pena hablar de todo eso cuando empezamos a salir con alguien.
Disfruta del proceso
Disfrutar es uno de los principales regalos que podemos hacernos a nosotros mismos y a los demás.
Pese a todo lo que ha ocurrido en el mundo últimamente, nuestra capacidad de pasarlo bien sigue siendo la misma.
Divertirte con alguien, compartir un ataque de risa, contarle a otra persona algo muy íntimo tuyo: de eso se trata.
¿Cómo puedes disfrutar al máximo estando con alguien? ¿Cómo puedes establecer una conexión más profunda y satisfactoria?
Tras la cuarentena, volver a tener citas es todo un regalo. Nuestra idea de normalidad ha cambiado, tal vez nuestro enfoque de vida también. Es el momento de desembarazarse de antiguas normas, reglas y expectativas y enfocar el amor desde un prisma nuevo.
La pasión de Natasha por la salud reproductiva comenzó a sus catorce años, cuando presenció el nacimiento de su hermana menor. Sus increíbles experiencias como matrona le han permitido desarrollar su conocimiento en el maravilloso mundo que existe entre el parto y el embarazo. Ella se considera una activista de partos. Usa la escritura como una herramienta educacional para crear un cambio en cómo percibimos la salud reproductiva.